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enfermedades por priones

También se ha estudiado la superficie

córneo – conjuntival sana como vía de

transmisión de CJD. Scott (1993) obtuvo

frotis de epitelio corneal de ratones con

Scrapie y lo frotó en córnea y conjuntiva

de 21 ratones sanos, cada 5 a 10 días y por

325 días. Ninguno desarrolló la enfermedad

después del seguimiento. Luego, puso

homogenizado de cerebro de ratones con

Scrapie en la conjuntiva de ratones sanos y,

el 42 % de éstos desarrolló la enfermedad.

Éste y otros estudios indican que la superficie

ocular sana puede ser una potencial vía

de infección hacia el SNC, pero sería muy

ineficaz. Por otra parte, no hay reporte de

absorción de priones por el uso de lentes

de contacto u otros instrumentos utilizados

en la superficie ocular.

Finalmente, se cree que existe una mayor

susceptibilidad de algunas personas a

presentar EET. Los períodos de incubación

pueden ser muy variables, desde pocos

meses hasta muchos años. Además, altas

dosis periféricas pueden ser no infectantes

en algunos individuos. Por otra parte, está

bien documentado que algunas mutaciones

del gen PRNP del huésped pueden facilitar

la infección. Por ejemplo, la mutación

valina / metionina para el codón 129 es mucho

más común en pacientes con CJD (90 %) que

en individuos no enfermos (38 %).

Riesgo de Transmisión

Nosocomial

Los casos conocidos de iCJD han sido

asociados a intervenciones neuroquirúrgicas,

oftalmológicas, otorrinolaringológicas e

inyecciones hormonales. Los priones se

han encontrado en casi cualquier tejido del

organismo, pero en la mayoría en muy bajas

concentraciones, a excepción del tejido

cerebral y la retina. Los priones han sido

aislados en sangre de humanos y animales con

EET. No obstante, la transmisión a través de

fluidos ha sido demostrada sólo en monos y

a partir de líquido cerebroespinal. No existen

reportes de casos atribuidos a transfusión

de sangre o hemoderivados en humanos.

Rutala (2002) definió el riesgo de infección

de CJD con los distintos tejidos orgánicos y

fluidos de humanos con EET, basándose en

los niveles de priones encontrados en cada

uno (Tabla 6).

Riesgo de

Infección

Tejido / Fluido

Alto (> 50 %)

Cerebro, duramadre, médula espinal, ojo.

Bajo (> 10 %)

LCE, hígado, linfonodos, riñón, pulmón, bazo.

Nulo (0 %)

Intestino, médula ósea, sangre, hemoderivados, corazón, músculo

esquelético, grasa, mucosa nasal, próstata, saliva, orina, fecas, semen,

leche, lágrimas, etc.

Tabla 6. Riesgo de infección con distintos tejidos y fluidos humanos con EET. Rutala, 2002.