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Contenido disponible en

www.neumologia-pediatrica.cl

MPS reduce aún mas el umbral de desaturación nocturna y

retención de CO

2

. Las AOS conducen a un anormal ciclo de

sueño-vigilia, con una reducción de los tiempos de sueño

profundo y por ende potencial trastorno conductual durante

el día. Las apneas de origen central en los pacientes con

MPS se deben fundamentalmente a compresión de medula

espinal, o por efecto de aumento de la presión intracraneana

ya sea por hidrocefalia o por efecto a nivel de tronco ence-

fálico

(18)

.

El manejo de las AOS en los pacientes con MPS, com-

prende como primera etapa el manejo quirúrgico ade-

notonsilar, situación que es generalmente transitoria para

posteriormente planificar el soporte ventilatorio dependiendo

de la gravedad. En último término existe la traqueostomía

(TQT) la cual debe ser siempre evaluada por un equipo

multidisciplinario junto a los padres, considerando no sólo

variables biológicas, sino biopsicociales (situación social, red

de apoyo, habitabilidad de vivienda, educación de los padres).

Las indicaciones de TQT son: obstrucción severa de vía aérea

superior, no mejoría clínica con presión positiva de via aérea,

estridor severo asociado a infiltración laríngea de GAGS,

traqueobroncomalacia severa y obstrucción múltiple de la via

aérea inferior

(3-25)

.

CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS

Los pacientes con MPS requieren manejo anestésicos por

múltiples causas a lo largo de su vida. Muchos pacientes

son sometidos a instalación de catéter venosos central, fi-

brobroncoscopía, tomografía axial computada o resonancia

magnética nuclear mediante intubación. Independiente de

la gravedad de cada paciente o del tipo de MPS, el uso de

anestésico incrementa el riesgo de morbilidad, pudiendo ser

hasta 20%

(36)

. Un estudio reciente, evaluó el riesgo anestésico

en 17 pacientes con MPS, y mostró una incidencia global de

intubación difícil de 25%

(37)

. La alta mortalidad perioperatoria

de los pacientes con MPS sometidos a procedimientos, son

debidas al compromiso respiratorio y cardiovascular. Algunos

trabajos en relación a cuidados anestésicos en MPS tipo IV,

demuestra riesgo de intubación, sugiriendo el uso de másca-

ra laríngea, intubación con fibrobroncoscopía, uso de video

laringoscopia (Glydscope) y el uso de anestesia regional

(38)

.

Es fundamental, antes de cualquier intervención, descartar

algún compromiso cardiovascular (alteraciones del ritmo,

hipertensión pulmonar), ya que son las complicaciones cardia-

cas una de las principales causas de mortalidad perioperatoria.

Es importante la correcta selección del tubo endotraqueal,

considerando que generalmente requieren un tubo endotra-

queal de menor tamaño, por el riesgo de estenosis subglótica

o edema subglótico post cirugía. La extubación de aquellos

pacientes bajo soporte ventilatorio debe ser programada y

asistida considerando un horario hábil, diurno, con la dispo-

nibilidad de especialistas. En pocos casos, debe considerarse

la TQT de urgencia, por lo que el contacto con otorrinola-

ringólogo debe ser expedita

(39)

.

Las complicaciones postoperatorias de los pacientes con

MPS mas frecuentes involucran edema laríngeo, edema

o inflamación subglótica, principalmente cuando ha estado

asociado con una intubación dificultosa o varios intentos de

intubación. Se describe complicaciones tardías, e incluso

edema pulmonar post intubación, por lo que uno tiene que

estar atento a la aparición de insuficiencia respiratoria aguda

post-cirugía en pacientes con MPS

(40)

.

ROL DEL NEUMÓLOGO PEDIATRA

El rol del especialista broncopulmonar está dado desde el

momento de la sospecha diagnóstica, dado los problemas

que muchos de estos pacientes presentan. Dependiendo del

tipo de MPS, existen diversas manifestaciones pulmonares,

siendo mas precoces en las MPS del tipo I, II y VI; mientras

que las tipo III son mas tardías y asociadas principalmente con

hipersecreción bronquial, defectos en el drenaje mucociliar,

trastornos de deglución y aspiraciones pulmonares recu-

rrentes. En las MPS tipo IV, el compromiso esquelético es la

regla, pudiendo haber complicaciones de vía aérea debida a

compresiones extrínsecas, deformaciones torácicas asociadas

xifoescoliosis severa. En los pacientes que son capaces de co-

operar, la evaluación de la función pulmonar debe realizarse

periódicamente, al menos cada 6 meses, especialmente en

aquellos que inician alguna terapia ya sea reemplazo enzimá-

tico o trasplante de medula ósea. La mejoría de la función

pulmonar ha sido uno de los pilares fundamentales como

respuesta al uso de estas terapias. Debe existir atención

frente al eventual desarrollo de síntomas de obstrucción de

la via aérea superior y aparición de apneas obstructivas del

sueño, por lo que la necesidad de estudios durante el sueño

es fundamental. La indicación de soporte ventilatorio no in-

vasivo nocturno ha permitido que algunos niños normalicen

sus estudios de oximetría y sueño.

CONCLUSIÓN

La MPS representa una enfermedad genética que involucra

un gran desafío diagnóstico y terapéutico. Una vez estableci-

do su diagnóstico, el manejo multidisciplinario es fundamental

dado el amplio compromiso sistémico que ésta involucra. La

morbimortalidad asociada es elevada y por ende, la interven-

ción temprana es fundamental para alcanzar una adecuada

calidad de vida.

REFERENCIAS

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tology 2011; 50: 4-12.

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Neumol Pediatr 2013; 8 (1): 27-33.

Compromiso respiratorio en mucopolisacaridosis - J. Hernández