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Tomo VI Vol. III N˚1-2-3 · 2012 · Santiago - Chile

paralítico, sólo 3 correspondieron a sección

muscular, por lo que sigue siendo el tipo de

estrabismo más prevalente, independiente

de estos tres casos.

Respecto al tratamiento efectuado, es

interesante notar que el 88,6% de los casos

recibió un solo tratamiento y que el tratamiento

conservador, mediante observación y parches

oculares para evitar diplopía, fue el manejo

más utilizado en primera instancia con un

54,3% del total. Le sigue inmediatamente un

manejo quirúrgico de entrada en un 31,4% de

los casos. Debido a que el número de casos

es pequeño, no es posible realizar estudios

analíticos de asociación, sin embargo se

pueden analizar tendencias. Está de manifiesto

que pacientes con estrabismos verticales

observados clínicamente tienen tendencia

a la mejoría espontánea con el tiempo, lo

que se evidencia en el acortamiento del

rango de dioptrías prismáticas que arroja el

estudio sensorio-motor. Esto concuerda con

la premisa reportada en estudios previos de

que un porcentaje importante de pacientes

mejora espontáneamente con el tiempo

6

. En

el caso de los estrabismos horizontales esta

misma evolución no es evidente. Esto podría

deberse a que hay pacientes que rechazan

tratamiento, debido a que éste involucra

realizar cirugía en el ojo contralateral al que

sufre de daño traumático y que los pacientes

consideran como “ojo sano”.

El tratamiento con lentes con adición de

prisma se realizó en pacientes que presentaban

originalmente lesiones en la mirada abajo,

lo cual ocurrió en 5,7% de los casos. Esto

se relaciona con revisiones que preconizan

manejo conservador de la diplopia y evalua-

ción posterior de necesidad de cirugía

1

. Los

pacientes manejados inicialmente de esta

forma no necesitaron cirugía ulteriormente.

El manejo de estrabismo con toxina botulínica

ha sido descrito desde hace más de tres

décadas

10

. Una revisión reciente del tema

concluye que no existe evidencia suficiente

para poder comparar la efectividad del

tratamiento con toxina botulínica y de

la cirugía convencional

11

.En el caso del

estrabismo traumático, el tratamiento con

toxina botulínica consiste en su inyección

intramuscular sobre el musculo antagonista

al parético con el objetivo de evitar su

contractura y la diplopía consecuente. Mientras

persiste el efecto de la toxina, se permite la

observación del estrabismo esperando su

resolución al acabar el efecto. En nuestra

serie, de los tres pacientes que recibieron

inyección intramuscular con toxina botulínica,

uno evolucionó hacia la remisión y dos con

necesidad de cirugía posterior.

La cirugía como primer tratamiento, se indicó

según el estudio caso a caso de los pacientes.

Los resultados quirúrgicos son alentadores

ya que en PPM los pacientes obtuvieron

resultados de prisma vertical y horizontal

que se encuentran suficientemente dentro

de los valores diana de ±10 DP buscados

en el tratamiento con cirugía

12

.

Finalmente sobre los pacientes tratados cabe

destacar el caso de un paciente que recibió 5

tratamientos, el primero con toxina botulínica

y cuatro cirugías posteriores sobre un ojo

ciego. En su última cirugía se le realizó fijación

del ojo en PPM, mediante fijación del recto

medial al periostio. Se observó inicialmente

buena evolución, sin embargo después la

fijación cedió, por lo que quedó con un