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Anales Oftalmológicos

Tomo V Vol. IV N˚3 2008 Santiago - Chile

La mayoría de los médicos que visitan un Hospital en Europa o Norteamérica, se maravillan con la

tecnología y el derroche de recursos con el que cuentan esos hospitales. En contraste, cuando se

visita India impresiona la forma en que se puede operar un gran volumen de pacientes cataratosos

en condiciones precarias y a un bajísimo costo.

En estas pocas palabras quiero reflejar brevemente lo que fue mi reciente visita como oftalmólogo

voluntario en el Tarabai Eye Hospital, ubicado en la ciudad de Jodhpur, India.

Jodhpur está ubicado en Rajastán en el noroeste de la India y es una ciudad relativamente “pequeña”

que bordea el millón de habitantes, lo que es insignificante si se le compara con los más de 13

millones que viven en Mumbai.

La población de la provincia de Jodhpur es mayoritariamente rural, ya que de sus casi 3 millones

de habitantes, 2 millones viven en pequeñas villas y pueblos fuera de la ciudad. El alfabetismo en

Rajastán es superior al promedio nacional alcanzando el 67% (nacional 60%).

Existen 35 millones de ciegos en el mundo, de los cuales 12 millones viven en India y de estos el

63% están ciegos por cataratas. Rajastán es el segundo estado con mayor prevalencia de ceguera

en India, alcanzando el 2,5% de la población, aproximadamente 1,5 millones de ciegos.

Con este escenario poblacional, sumado a una evidente falta de recursos, no sorprende que existan

marcadas diferencias en los estándares de atención y quirúrgicos respecto a lo que uno suele ver

en nuestro país.

El sistema de atención gratuito está basado en operativos o “eye camps” de 1 o 2 días, en los cuales

se realizaba pesquisa de cataratas a unos 300 a 400 pacientes durante la mañana entre 2 o 3

oftalmólogos dotados con un linterna y ocasionalmente un oftalmoscopio directo que generalmente

carecía de pilas. A los pacientes portadores de catarata luego se le realizaban exámenes preoperatorios

y biometría, para realizar la cirugía ese mismo día en la tarde.

Es sin duda en el pabellón donde resaltan las diferencias más notorias y quizás podría decir

espeluznantes. Desde el lavado de manos con un jabón en barra común y corriente, que a veces

tenía un aspecto que distaba mucho de ser limpio y agradable.

Existe sólo un pabellón grande con seis camillas donde se operan varios pacientes en simultáneo.

Los pacientes entran a pabellón descalzos, con la misma ropa que traen de la calle y como campo

estéril sólo se usa un paño perforado pequeño. Las pestañas son cortadas previamente, ya que no

cuentan con separadores de pestañas. En la ropa de pabellón, destaca un guante de género que

se cuelga al cuello y en el cual uno introduce la mano enguantada y estéril para poder manipular

todo el material no estéril, como por ejemplo acomodar el microscopio

La cirugía de facoemulsificación se realiza por incisión de 3 mm pero luego se amplía la incisión

a 5 mm para colocar un lente rígido de fabricación local, cuyo valor no supera los 3 dólares.

E D I T O R I A L

INDIA, UNA EXPERIENCIA DISTINTA