96 AL LECTOR/A. La idea de este escrito es contarles del impacto y forma en que los libros -con sus mensajes- llegaban a la población del país donde se termina la tierra zo por lo que leían, en un país que -poco a poco, y durante el siglo XX- dejó el analfabetismo de los mayores de 15 años. Un libro, hasta el lustro en que se escriben estas líneas, es un conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen. Cada volumen ha contenido, por siglos y en forma completa o incompleta, obras científicas, literarias o de cualquier otra índole, que pueden estar impresas o en otro soporte. Y los libros están directamente relacionados con la creatividad humana. Se dice y se cree que el primer “libro” conocido es la epopeya de Gilgamesh, rey de Uruk, en Sumeria, cerca del rio Éufrates, que dataría de miles de años, escrito en caracteres cuneiformes, en trozos incompletos de tablillas de arcilla. Al aparecer la computación, y en su evolución, aparecieron los libros digitales, capaces de guardar y entregar, en forma completa o incompleta, obras variadas muy diferentes a los libros de papel; aunque similares en gran parte de sus fines. Al ser herramientas de transmisión, análisis, preservación y creación de ideas, valores, emociones e inquietudes humanas los libros han alcanzado alto valor dentro del imaginario de la especie humana y miles (¿o millones?) de ellos han alcanzado la mente de las personas. La educación, tarea organizada de la especie, utiliza los libros para lograr sus objetivos y muchos de ellos son parte oficial de la actividad educativa. Otros, en cambio, llegan a las personas como resultado del interés que despiertan en ellas. ¿“MARCAR”?. Una buena herramienta para conseguir lenguaje español preciso y correcto es recurrir a la página web de la Academia Española de la Lengua. Al empezar a escribir este capítulo surgió la idea de recordar tres libros importantes en mi vida y, con esa idea, la conveniencia de entender bien el verbo “marcar”. Fui al sitio web y quede sorprendido: ¡”marcar” tiene 23 acepciones!. La quinta de ellas dice que su significado es: “Actuar sobre alguien o algo imponiéndole carácter o dejándole huella moral”. Exactamente esa es la idea de este escrito y me pregunto qué proporción de quienes leyeron su título lo entendieron así, ya al mirarlo por primera vez. Me atrevo a decir que la mayoría. ¿Fue su caso? A comienzos del siglo XXI se dice que se lee pocos libros, si comparamos con el ayer. Puede ser. Los libros de décadas atrás eran en papel y leerlos consumía tiempo y, mientras tanto, el lector podía reflexionar. Ahora hay muchos digitales, que se leen de otra forma, que imagino habitualmente más rápida y con menos tiempo para la reflexión y emoción que conllevaba la lectura años atrás. Tal vez, estos libros modernos, leídos en una pantalla, marcan menos a sus lectores… No lo sé y carezco de evidencia que aclare esa duda. Lo que sé es que, después que aprendí a leer, me transformé en un buen lector y que, muchas veces, al término de la lectura quedaba un poco estremecido y lleno de preguntas que hacían latir mi corazón e inquietaban mi razonamiento. Algunas obras nunca han abandonado mis recuerdos y, con el paso del tiempo, vuelven de pronto a mi pensamiento y a mi emocionalidad, me aumentan la frecuencia cardíaca y los siento influir en mi conducta. Esos libros, entonces, me marcaron. En una fase presente, actual, me doy cuenta que partes de ellos aún influyen mis opiniones, mis decisiones, valores y forma de comportarme. Simultáneamente, y sin pensarlo, a veces trato de influir a otras personas con quienes comparto mi vida, repitiendo frases o escenas de dichos libros. Es decir, fundamentan parte de mi vida y de mis acciones. Ese deseo de influir en los demás usando y aplicando las ideas que aprendí y aprehendí en esos libros es lo que motiva este escrito. Siguiendo un orden cronológico les cuento, en primer lugar, algo sobre tres silabarios del siglo XX y, en párrafos posteriores, se comentan libros que conocí en las tres primeras décadas de una vida urbana en el Santiago de Chile de mediador del siglo XX. LOS SILABARIOS. Silabario es un texto -a menudo ilustrado- usado como instrumento para enseñar/ aprender a leer y, en ocasiones, a leer y escribir. En la ¿TRES? LIBROS QUE ME MARCARON Nelson A. Vargas Catalán
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