Ráfagas de Cultura y Arte

89 m.s.n.m. Desde los picos nevados hasta la ceja de selva. Pastorean llamas y alpacas en las mayores Poblado Q’ero. Altas montañas altitudes. Descienden a cultivar patatas y criar ovejas y descienden aún más para cultivar maíz, calabaza, otras verduras, para la cosecha de bambú y madera que usan en sus construcciones y también para la elaboración de sus telares y flautas. A pesar de las duras condiciones a las que están expuestos y una historia de discriminación y marginación, los Q’ero perduran. María Apaza Machacca es una líder espiritual quechua de la nación Q’ero. Nació en el centro poblado de Kiko en el distrito de Paucartambo, en la región Cusco. Su padre fue Santos Apaza y su madre Sebastiana Machaca, campesinos y curanderos Quero. Como líder espiritual Quero, tiene el grado de Altomisayoc, que se da a las mayores autoridades espirituales. Ha viajado por Suramérica, Norteamérica, África y Europa para compartir sus conocimientos. Ella cuenta que, en 1943 cuando tenía 16 años y mientras pastaba a sus animales en las alturas de Paucartambo, recibió un rayo en la cabeza, permaneció inconsciente varias horas, ya que era de día en la mañana y despertó ya de noche. Días después, un pampamisayoc (curandero Quero) realizó una lectura de hojas de coca y obtuvo la confirmación de que María había sido elegida en la comunidad para ser una líder espiritual. Según su tradición a los Altomisayoc los eligen desde lo alto. Luego pasó por un proceso de doce ceremonias de Karpay (rito de iniciación), conducidas por diferentes pampamisayoc. A los 20 años obtuvo el grado de Altomisayoc. Mi experiencia Entonces, a través de mi amiga Tania Valdés, una chilena valiente, mujer medicina, que vive actualmente en Valle Sagrado en Cuzco, Perú, me informo que junto con María Apaza harían una iniciación andina. Yo no sabía nada ni de los Q’ero ni de María, pero algo dentro de mi sintió que era muy necesario que fuera. No me equivoque… Llegando a Cuzco por segunda vez, la anterior fue por Mujer Voz Medicina, que impartió Tania, me encuentro con otros asistentes que iban hacia Valle Sagrado. Eran un brasileño sonriente y amable, que me indica donde está el minibús, otra pareja y dos mujeres me esperaban. Con grupo este posteriormente nos hicimos muy cercanos. En el lugar, un hermoso centro llamado Munay Songo, en Pisac, nos juntamos con Tania, María Apaza, parte de su familia y otros buscadores como yo. Nos conocimos, compartimos, comimos e iniciamos hermosos encuentros y meditaciones. Mama María nos cuenta en quechua, traducida por su hijo Manuel, su experiencia con el rayo, fue emocionante ser testigo de estos momentos únicos en el planeta. Hacen entrega de la Misha Andina, explicando cómo está conformada. Aún estaba muy lejos de ser consciente lo que significaba recibir este don. El día 1 de noviembre, que era el segundo día, nos despiertan con un cambio en el programa. Resulta que, en la madrugada, un nieto de María, joven de 18 años, había presentado un paro en Cuzco, se fueron en la noche y estuvieron realizando su llamado del alma, y volvió. Ese día decidieron realizar un círculo de gratitud y bendiciones a nuestros muertos, fue muy poderoso. Todos estábamos muy conmovidos. Día 1: Iniciación Al día siguiente fuimos a la cascada de Sirena Chayoc en Pisac a realizar la ceremonia inicial de Karpay. Ya en el agua mirando hacia arriba había un gran árbol y desde entre sus raíces salía el agua. Las lágrimas cayeron por mi rostro, recordando la visión que tuve años atrás en Mendoza, en una de las sesiones de respiración holotrópica. Todo tenía sentido, había sido una visión de mi futuro. Al salir del agua, los Q’ero me pasaban ramas de árbol y daban suaves golpes por todo el cuerpo, y luego como que arrastraban y limpiaban, dejando que el agua se llevara y lavara todo. Luego subimos a una saliente cercana a la cima, en una especie de ramada y realizan en cada uno de nosotros el llamado del alma. Su tradición aprendió que cuando vamos creciendo, en nuestra vida, nos van ocurriendo

RkJQdWJsaXNoZXIy MTYwMjk1