Ráfagas de Cultura y Arte

61 En 1995, en verano, salimos desde La Serena con destino a Chiloé, en tres camionetas con sus respectivas casas rodantes, un total de 16 personas. Las familias Banderas Álvarez, Estay Villalón y Vargas Innocenti. Nuestro objetivo era conocer la isla e iglesias de Chiloé, que nos llamaban la atención por ser tan típicas de la zona en su construcción. Volvimos el año 2016, cuando ya habían sido declaradas Patrimonio de la Humanidad, lo que permitió que pudieran ser restauradas y pudimos admirarlas en su gloria y majestad. Haré un resumen del origen de ellas, contando la historia que pocos conocíamos y que hoy lucen orgullosas como Patrimonio. HISTORIA. En 1567 comienza el proceso de conquista en Chiloé, fundándose la ciudad de Castro. La isla fue originalmente bautizada con el nombre de Nueva Galicia, pero ese término no prosperó y se mantuvo la voz huilliche: Chiloé; transformación de Chilhué, la adaptación al español de chillwe, palabra que en mapudungun significa «lugar de chelles». Los Chelles (Chroicocephalus maculipennis), también llamados cáhuiles o gaviotines, son aves blancas de cabeza negra, muy frecuentes en las playas y lagunas del aislado archipiélago, colonizado por los españoles a mediados del siglo XVI. MISION CIRCULAR Desde el siglo XVII, los religiosos encargados de la evangelización de las islas fueron los jesuitas, quienes establecieron un sistema llamado Misión Circular para hacerse cargo de todas las comunidades evangelizadas. La Misión duraba 8 meses y significaba recorrer, en total, unos 4.000 km en dalca (embarcación ampliamente utilizada en el archipiélago, compuesta por tres a cinco tablas cosidas entre sí por medio de costuras vegetales y calafateadas con una preparación o betún especial para impermeabilizarlas) y a pie, pero como debían visitar más de 80 sectores y enfrentar las adversidades del clima, la estadía en cada capilla duraba solo un par de días y durante el resto del año la vida religiosa quedaba a cargo del fiscal. Los primeros años de evangelización las iglesias eran construcciones rústicas con techo de paja. Los fiscales de Chiloé son la institución laical más antigua de la Iglesia Católica en Chile, y su fundación se remontaría al 17 de diciembre de 1621, en que el gobernador Pedro Osores de Ulloa -por providencia fechada en Penco- permitió a los jesuitas la potestad de nombrar fiscales. Por parte de los eclesiásticos, en tanto, dicha autorización formal se remitiría al año 1688, y más específicamente a los capítulos 7 y 9 de las constituciones emanadas del V Sínodo de Santiago de Chile, convocado por el Obispo de Santiago Bernardo Carrasco Saavedra. Cabe indicar eso sí que, según documentación histórica (correspondencia de misioneros jesuitas), la figura del fiscal ya podía ser apreciada en la Isla Grande de Chiloé al menos en 1611. Los fiscales son hombres adultos escogidos por el párroco para que en su ausencia reúna a la comunidad para orar, administre el bautismo, asista a los moribundos, cuide del cementerio y en la colaboración con el patrono, mantenga convenientemente el templo. Esta responsabilidad la cumplen hasta su vejez o fallecimiento; para ello son adoctrinados por pares o antecesores, junto a la formación que entrega la iglesia; por tanto, son integrantes de la comunidad, personas humildes que se destacan por su liderazgo, sabiduría y vida ejemplar. PROCEDENCIA SACERDOTAL. Por la necesidad de contar con más sacerdotes, la Compañía solicitó al Rey que se permitiera la presencia de jesuitas de nacionalidad diferente a la española. La solicitud fue aceptada y llegaron frailes de diferentes partes de Europa, sobre todo Baviera, Hungría y Transilvania. Estos sacerdotes extranjeros fueron quienes durante el siglo XVIII dieron impulso a la construcción de iglesias más perdurables que sus antecesoras. Aportaron los diseños, inspirados en iglesias de sus países, y parte de las técnicas de construcción. Por su parte, los carpinteros chilotes aportaron la mano de obra, los materiales y técnicas propias, muchas inspiradas en la construcción de navíos. ESTILO ARQUITECTONICO. Después de la expulsión CONOCIENDO EL PATRIMONIO DE CHILE: IGLESIAS DE CHILOÉ Texto: Patricio E. Vargas Reyes Fotografía: Raúl Banderas Pumarino

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