Ráfagas de Cultura y Arte

50 1526 en que, ya viuda, migra a Texcoco cuando Hernán Cortés conquistó oficialmente el imperio azteca para España. Como profesora, se constituye en la primera maestra del colegio y protectora de niños y niñas indígenas en las nuevas tierras. Rápidamente cosecha detractores porque se propuso inculcar en las jóvenes indígenas el decoro y las destrezas requeridas en una mujer de su época, al tiempo que les enseñaba un sólido sentido de la dignidad. Fray Toribio de Benavente, franciscano, cede en 1528 a Doña Catalina de Bustamante, el antiguo palacio reutilizado de Nezahualcayotzin, México, para establecer en él el primer colegio de niñas, por lo que se le reconoce como la primera educadora de América. Fallece de viruela en 1536. Este mismo período aparece “Libellus de egritudinibus infantium”, 21 de abril de 1472, de Paolo Bagellardo (1442-1494), pediatra italiano. Completamente en latín, es el primer tratado integramente dedicado a la Pediatría. Incunable que está disponible para descarga o para hojearlo en https://collections. nlm.nih.gov/catalog/nlm:nlmuid-9411185-bk Tiempo 4 El siglo XVI ocurrió el hecho que inició la Salud Pública en Europa: Enrique VIII, en 1538, instituyó el registro de bautizos, nacimientos y muertes, dando inicio a la Estadística sanitaria, que se extendió rápidamente a otros países y permitió disponer de datos para hacer comparaciones y establecer las primeras políticas de salud hacia la población en general y hacia los niños en particular. Isabel Bravo, que vivió en Chile en los años de la Conquista, fue la primera mujer en ejercer la profesión de Comadrona. Llega a nuestro país en 1559, titulada en Lima por el Protomédico Francisco Gutiérrez y convalida su título en Chile en 1568 por el Cabildo, al demostrar que, a juicio de los cabildantes, la examinada sabía todo lo necesario “para que la criatura saliese entera y viva, así como cuantas maneras había, de partos”, consignado en el acta de la sesión del 22 de octubre de 1568. La comadrona se hacía cargo no solamente del parto sino del cuidado del recién nacido. Olivia Sabuco de Nantes Barrera (2 de diciembre 1562 - 1622) también se perdió en la historia, pero estableció la transmisión del impulso nervioso en un estudio realmente sor-prendente para la época, que sin embargo fue quemado y olvidado. Todos sus logros se atribuyeron a su padre y otros hombres que estudiaron en esa época. Fue brillante, capaz de rebatir a muchos hombres que en ese tiempo se consideraban genios de la filosofía y del conocimiento. Escribió “La Nueva Filosofía de la Medicina” en 1586, en que cuestionaba profundamente los cimientos de la Medicina de entonces. Se puede (y recomiendo) revisar en https://patrimoniodigital.ucm.es/s/patrimonio/ item/309004 parti-cu-larmente desde página 258 en adelante. Plantea visionariamente la interacción entre los fenómenos físicos y psicológicos; escribió una colección de tratados médicos y psicológicos que se centran en la naturaleza humana y explican los efectos de las emociones en el cuerpo y el alma Esa época, 1563, el Concilio de Trento declaró, por fallo dividido, que la mujer tiene alma, aunque algunos Papas ya lo habían reconocido tácitamente, lo mismo que la Iglesia al reconocer en 1215 al matrimonio hombre/mujer, como uno de los sagrados Sacramentos, sin embargo, solo este Concilio lo oficializa. Para contextualizar, hasta entonces no se cuestionaba la inferioridad de la mujer, “objeto necesario para la preservación de la especie y proporcionar comida y bebida al varón”, según Santo Tomás de Aquino (1225-74), lo que “quedaba justificado por el relato bíblico de la creación de la mujer a partir de la costilla de Adán”.

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