44 A MODO DE INTRODUCCIÓN. Es difícil hacer una recopilación muy exacta de los hitos históricos de la Mujer, porque sabemos que la Historia, en general, la han escrito los hombres y, de esa manera, las mujeres han sido sistemáticamente relegadas a un espacio secundario, se ignoran sus contribuciones o se desconoce la labor de la contraparte femenina en todos los campos de la vida, incluyendo la Medicina y, desde luego, la Pediatría. La visión de la mujer suele ser ocultada e, incluso, desvinculándola de sus logros, asignándoseles a otros y apropiándonos los hombres de sus aportes y contribuciones. Esta historia tiene dos partes. La primera, relacionado con un contexto antropológico e histórico de lo que significa la mujer en la historia de la pediatría: mujeres pediatras y aquellas que, sin serlo, hicieron un aporte a la especialidad y a la comprensión del mundo infantojuvenil. La segunda busca explorar el rol de la Mujer en la historia del Niño, mujeres que son la primera Pediatra del hijo y su rol en el neurodesarrollo y adquisición de habilidades para la vida. La mujer en la historia de la comprensión del mundo infantojuvenil. No siempre los aportes femeninos fueron minimizados. Desde una perspectiva histórico-antropológica, la mujer en los inicios de la humanidad fue vista más bien como una figura proveedora de vida, prácticamente indisoluble de lo que era la Madre Naturaleza, la Madre generadora de vida, muy vinculada a los conceptos de “Diosas de la Vida”. Así por ejemplo, tenemos las imágenes de las denominadas Venus de los Períodos Paleo y Neolíticos, como la de Berejat Ram (Altos del Golán, 230.000 aC), y las más “recientes” de Willendorf (Austria, 30.000 aC), de Laussel (en bajorrelieve, Francia, 19.000 aC) o la de Lespugue (Francia, tallada en colmillo de mamut, 24.000 aC), entre otras muchas de similares características, que antropológicamente son explicadas de la siguiente manera: los pechos, el vientre y los genitales abultados y exagerados son una representación de la fertilidad de la Gran Madre, mientras que la ausencia de rasgos faciales se interpreta como la imposibilidad del ser humano de contemplar el rostro de la deidad. La figura representa a las más características de esta Venus, que no hacen referencia a cánones de belleza sino a una representación de la capacidad de otorgar vida, haciendo un reconocimiento a la Mujer, íntimamente ligada a la naturaleza y conservación de la incipiente humanidad. Y no solo en escultura. Datada hace 12.000 AC, una tumba en Galilea occidental (Israel) contenía cincuenta caparazones de galápagos, la pelvis de un leopardo, la punta del ala de un águila, la cola de una vaca, el antebrazo de un jabalí en una tumba única, contrario a las colectivas propias del Neolítico, en que la mujer de alrededor de 45 años se encontraba en posición fetal, metafóricamente indicando que con la muerte se alcanza una nueva vida, y protegida por piedras para no ser víctima de depredadores. Es probable que fuera muy venerada, probablemente por sus poderes, relacionados con los animales cuyos restos la acompañaban. Todo esto hace pensar que se trataría de una especie de chamán. Agnódice. Posteriormente, encontramos algunas descripciones de mujeres interviniendo en la BREVE HISTORIA DE LA MUJER EN LA PEDIATRÍA Francisco Moraga Mardones No se puede fechar la existencia de la primera mujer dedicada al cuidado de la salud, sino más bien afirmar, como señaló Jeanne Achterberg, que “women have always been healers”, “Las mujeres han sido siempre sanadoras”. (Woman as Healer. J Achtberg, 1991. Boston: Shambhala. Random House)
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