37 propició la libertad de expresión sin alejarse de la realidad. Ganó el Premio Nacional de Arte en 1950 y su casa del barrio Bellavista con vistas al cerro San Cristóbal puede ser visitada. Del mismo Kyutaro Tunekawa encontramos este retrato de un padre con su hija (Figura 7), podemos intuir que la pequeña no está muy cómoda, pero está apoyándose en su padre como pidiendo resguardo. El padre nos mira directamente a los ojos, mientras que la pequeña parece atravesarnos llevando su atención a un foco que está detrás de nosotros. Están muy elegantes. Ella, con su moño, característico de la época. Él, muy bien peinado, con traje y corbata. Seguramente se trata de testimoniar un momento importante para la familia. Kyutaro Tunekawa es recordado por hacer que el retrato comercial dejara de ser un recurso sólo destinado a familias acomodadas, pudiendo capturar momentos conmemorativos de las familias de clase media de la época. El “Retrato de Enrique Lynch y su hija” (Figura 8) de Ricardo Richon-Brunet (1866-1946) está dedicado al entonces director del Museo de Bellas Artes, su amigo y compañero de estudios artísticos. La niña mira al espectador con cara de aceptación, todos los elementos expuestos en esta obra están bien definidos como las vestimentas y la cinta en el pelo de la niña, los muebles y los adornos destacados por el colorido y los detalles del ambiente familiar. El padre acoge por la cintura a su hija con una innovación de la relación padre-hijo, por cuanto anteriormente los padres apoyaban las manos sobre los hombros de sus hijos, especialmente varones. El pintor galo fue enviado a Chile en 1900 por el gobierno francés y actuó como delegado de Chile ante la Sociedad de Bellas Artes de París y es considerado el primer crítico de arte en nuestro país. En el cuadro “Con mi papá” (Figura 9), María Luisa (Cuca) Burchard (1929-1995) se autorretrata junto a su padre y maestro Pablo Burchard, en su estilo ingenuo, considerado por la artista como recargado y figurativo, consecuente con sus principios personales de optimismo y amor por la naturaleza, que queda bien reflejado en las flores multicolores del fondo de este cuadro y en la flor que sostiene la niña en su mano. El padre canoso con barba, elegantemente vestido, con corbatín, abraza a su hija vestida de rosa y cabellos rubios recogidos en trenzas. María Luisa no tuvo estudios formales en arte y los temas infantiles, volantines, casitas de pueblo, palomas y flores constituyen su legado artístico. Con su hermano Pablo y sus hijos Carolina y Gonzalo Landea, han formado un grupo de pintores que mantiene la memoria del maestro. Antonio Quintana (1904-1972) era profesor de química y física. Fue exonerado por motivos políticos del magisterio lo que determinó su inicio en la fotografía de manera autodidacta a partir de la década del 1930. Tal fue su genialidad que llegó a ser profesor de fotografía en la escuela de artes gráficas y periodismo de la Universidad de Chile. Se le conoce como el iniciador de la fotografía como documento social. En esta fotografía, vemos a un niño cargando ramas (Figura 10). Lleva puesto un chaleco de lana que se ha encogido de tanto lavarse. El día está soleado, puede que sea uno de esos días de invierno en que la lluvia da tregua y se puede ir al cerro a buscar leña para el fogón. El niño parece estar sorprendido y no se ve muy agradado con que le hayan descubierto. ¿Estaba quizá en un territorio prohibido sacando esas ramas? En la obra de Marco Aurelio Bontá Costa (18991974) “Invierno” (Figura 11) se muestran cinco figuras humanas en actitud de marcha, descalzos sobre un sendero de tierra, con vestidos coloridos, ante un paisaje de árboles sin hojas y arbustos de Fig7. KyutaroTunekawa1950 Fig8.“Retrato de Enrique Lynch y su hija” (1901). RicardoRichon-Brunet. Fig9.“Con mi pap”á. María Luisa (Cuca) Burchard. Fig10. AntonioQuintana 1950 Fig11.“Invierno”. MarcoBontá1945 Figura 7, 8 y 9 Figura 10 y 11
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