29 Levante y la Anatolia, en el oeste, hasta Irán y Asia Central, en el este, y desde el Cáucaso, en el norte, hasta la península arábiga, en el sur). Al finalizar ya el IV milenio a.C. los sumerios comenzaron a escribir su idioma con pictogramas para palabras y objetos, pero sin conceptos abstractos. La escritura cuneiforme fue adoptada por varios otros idiomas; incluso el antiguo persa. El cuneiforme llenó, primero, la necesidad del conteo de bienes y transacciones (hacer de ellas algo registrable y contable). Cerca del 3.200 a.C se usaban fichas de formas gráficas (conos, discos, esferas, tetraedros, cilindros, ovoides). Figuras conocidas representaban cosas como ganado, jarras, etc. Si se quería registrar la cantidad determinada de algo se mezclaban signos. Un dibujo de rama de cebada representaba la cebada. Una cabeza de toro representaba ganado, pero junto a una cabeza humana podía cambiar y pasar a representar el acto de comer. Un cuenco podía representar cebada, pero, con una cabeza humana vecina, también podía ser el acto de comer. Para grabar claramente una cantidad se encerraba, en un círculo, una figura numeral y el símbolo correspondiente a ese “algo”. Después se empezó a usar cuñas o clavos para escribir en tablillas de barro, lo que aceleró y complejizó el proceso de escribir. LOS ESCRIBAS. Los escribas eran personas que sabían usar ese sistema tan importante y, por ejemplo, debían saber que una determinada figura era “vaca” y que otra representaba “20”. Es posible y parece razonable suponer que, en su tiempo, fuesen un grupo muy informado y de mayor cultura. UNA DOCENA. NÚMEROS 60, 10 Y 12. Al buscar la forma de contar de pueblos muy antiguos se encuentra que los sumerios usaban el número 12 como base. Esto habría venido de que cada dedo de una mano tiene tres falanges y, así, al contar con el pulgar tocando cada falange de los cuatro dedos restantes se llega a 12, número comprensible y fácilmente accesible (el pulgar se excluye por estar contando los otros cuatro dedos). Eventualmente, si se usa la totalidad de la otra mano (cinco dedos más) como multiplicando (5x12) se llega a 60. Este número habría sido muy importante en el método de contar, usando el sistema sexagesimal. Se dice, en sitios que entregan información, que por eso se usa el número 60 para conteos frecuentes: 60 minutos en una hora, por ejemplo. Llama la atención que siendo el sistema decimal el más usado en la enseñanza habitual de las matemáticas en América del Sur, la docena siga siendo muy empleada y de uso tradicional (una docena de huevos, por ejemplo). En el manejo numérico corriente la docena (12) es muy flexible en cálculos habituales y es más divisible que la decena (10). El número 10 tiene cuatro divisores: puede dividirse en 1 (10), 2 (5), 5 (2) y 10 (1) partes, generando porciones iguales. En contraste, el número 12 tiene seis divisores. Se puede repartir en 1 (12), 2 (6), 3 (4), 4 (3), 6 (2) y 12 (1) y dar partes iguales. En consecuencia, una docena es más equitativa para repartir. En la civilización sumeria, las cuentas más complejas se hicieron más frecuentes cuando surgieron las ciudades y aumentaron los intercambios y almacenamiento de productos y, con el tiempo, la escritura cuneiforme se adaptó muy bien al lenguaje local y se usó para escribir leyes, oraciones, contratos y textos literarios. Otra forma de documento de la Mesopotamia antigua fueron los sellos cilíndricos, en piedra, arcilla y, a veces, en marfil. Sirvieron también para documentar, asegurar contenido intacto, firmas y forma de arte. Cuando se hacían rodar sobre arcilla, imprimían su grabado. Hay acuerdo y parece indiscutible que los números, la rueda y la escritura impactaron e impulsaron la civilización humana. Más ciudades de por ahí, no tan lejos. En la Palestina actual aparecen Jericó, recordada en la biblia por la caída de sus murallas en el curso de una guerra con los judíos, y; en Mesopotamia, Lagash, Ur de los caldeos, famosa por su impacto cultural y religioso y las posteriores e importantísimas Babilonia y Nínive, que fueron centros de gran importancia, poder y atractivo en la historia del mundo y no solo en la memoria regional. Babilonia habría tenido gran mucha población y se asocia con dos obras muy comentadas e imprecisas en tiempo y lugar: la torre de Babel y los Jardines Colgantes.. Y unas ciudades de por allá, más lejos. Por allá, lejos, aparecieron otras ciudades -contemporáneas o no- con las mencionadas. En India, existieron o perviven: Mohenjo Daro, que perteneció a la antigua cultura del valle del Indo, en territorio del actual Pakistán. El nombre actual significa literalmente “montículo
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