26 SUMERIA y GILGAMESH Nelson A. Vargas Catalán Historia al fin del mundo. América latina, parte extensa del planeta, tiene zonas y países de gran variedad con muchas similitudes entre ellos. El subcontinente sudamericano termina en Chile, largo territorio descrito como “El país donde se acaba la tierra… “, idea que evoca un fin y contrarrestada con la siguiente: “¡pero donde comienza el mar!”; idea que evoca un inicio. Historia, cultura e interés cultural del país -y tal vez de toda Latinoamérica- están enraizados en España y Europa. Francia, por ejemplo, marcó mucho -en especial en el siglo XIX-, los intereses artísticos, literarios, en la pintura, escultura y la arquitectura que movieron a los grupos de Chile. Durante el mismo siglo llegaron al país alemanes, italianos, árabes del imperio otomano (llamados, por eso, “turcos”) y yugoeslavos. En el siglo XX, en especial después de caer la república española frente a la dictadura de Franco, arribaron, nuevamente, españoles. De modo que parece aceptable pensar que la cultura local esté influida por su conexión europea. El conocimiento e interés del país por otras regiones del mundo existen, y pueden irse incrementando, pero -al escribirse estas líneas- están aún en lugar secundario. En el siglo XXI ha habido una impresionante inmigración, en su mayoría proveniente de zonas que fueron colonias españolas o francesas y, por ende, se parecen a la cultura local. Tal vez la creciente facilidad mundial para viajar mejore, en el futuro, el conocimiento y conexión con otras áreas del planeta, como aquellas que reciben personas en vacaciones, negocios u otras motivaciones. La religión que predominó varios siglos en este fin del mundo fue la católica, que aportó la narrativa bíblica, permitiendo un conocimiento limitado de zonas del medio oriente, donde se dice que empezaron las ciudades y la historia. Así, muchos chilenos ubican regiones de esa zona del planeta de manera imprecisa, pero aproximada: Sumeria, Palestina, Turquía, Egipto, Siria, Mesopotamia y otras de esa parte del mundo son ubicadas, por las personas, cerca de su sitio correcto, pero no exacto. La situación es peor aún con zonas extensas de África y Asia, que son relacionadas solo con su continente. Y aún peor que eso: ni siquiera con el continente acertado. Cuando los chilenos miran al pasado lejano se piensa en Grecia, Roma, España, Francia. Casi nunca se piensa en Egipto, China o el imperio persa; pese a que este último fue más grande que el imperio romano y, en su esplendor, reunió casi a la mitad de la población mundial del momento. Por ejemplo, Ciro, el grande, parece haber sido muy diferente y mejor que el poco Ciro que conocemos de manera soslayada y que nos ha llegado más bien por un mal retrato histórico, influido por Grecia antigua, enemigo tradicional de Persia. ¿Qué explica esas omisiones e inexactitudes? Explicación plausible es que el camino de la historia chilena no pasó por las regiones o países o imperios menos presentes en la memoria nacional. Grecia, con el Imperio de Alejandro, alcanzó influencia importante en territorios lejanos de los Balcanes, su área original. Consecuencia de ello es que ciudades de Mesopotamia y muchas otras áreas, así como aspectos culturales distantes son conocidos, aún, con nombres griegos o derivados de esa lengua. La evolución posterior llevó a que la cultura griega influyera en la romana que, a su vez, ejerció influjo cultural en Europa Occidental y, de ahí, se extendió la influencia griega, su cultura y conocimiento, a América. Este largo antecedente evolutivo y secuencial hace pensar que la historia local que conocemos está sesgada e incompleta. Y es posible que esta condición nos haga menos maduros, menos capaces de entender el mundo y la vida y… ¿quién sabe? tal vez contribuya a nuestro racismo. De esta forma, y con esta proposición, parece razonable entender que la memoria histórica de los chilenos viaje más bien a España y Europa y que exista un grado importante de ignorancia con lo que se originó en otras áreas del planeta. Por ello, parece valioso e interesante invertir algo de tiempo y empeño en ampliar esta perspectiva, recordando zonas fuera de Europa. Una de ellas es Sumeria, área donde nacieron muchas ciudades. ¿Qué es una ciudad? Las ciudades son elementos más complejos que una simple agrupación de humanos. Se plantea que una ciudad, para ser reconocida como tal, debe poseer una organización
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