20 En las paredes de la antigua escuela estaban colocadas las fotos, el nombre y la edad de cada una de las víctimas; en vitrinas había algunos cráneos, que a veces dejaban ver la muesca producida por los elementos de torturas. La visité el año 2004, pero no podría asegurar de que los huesos continúen en exposición porque en todo el mundo, por respeto al ser humano, sus restos mortales se han ido retirando de los museos. Las personas que pasaron los controles de identidad ubicados en las carreteras sin mayor problema, fueron destinadas a trabajar el campo en forma colectiva. Gran parte de ellos falleció en forma relativamente natural por la escasez de alimentos, tipo de trabajo realizado y enfermedades que no podían ser tratadas por falta de médicos, medicamentos y hospitales. Adultos jóvenes y niños desde que eran capaces de utilizar un cuchillo y cargar un fusil, fueron entrenados y debieron formar parte de una guerra contra Vietnam, que aparentemente deseaba expandirse a expensas de Camboya y que parece haber durado varios años. La pérdida de vidas por esta causa fue enorme y no ha podido ser cuantificada. Si se suma la cantidad total de fallecidos por las causas mencionadas u otras durante ese período, se estima entre uno y tres millones de personas de todas las edades, de un total aproximado de unos seis millones de habitantes iniciales. Camboya es uno de los países más pobres del mundo. Me parece muy extraña e increíble la evolución que ha seguido la curva de esperanza de vida al nacer durante los últimos sesenta años. En 1964 (año en que en mi casa supimos por nuestro amigo del inicio de las hostilidades en Vietnam que involucraban las fronteras con Camboya) la esperanza de vida en Camboya era de 44 años, cifra que marca la esperanza de vida más alta alcanzada hasta entonces en ese país. Durante los diez años siguientes, en coincidencia con la guerra en el vecino país Vietnam, comenzó a disminuir de manera “relativamente lenta” en Camboya hasta los 39 años, en 1974. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación fue una catástrofe, produciéndose una disminución de la esperanza de vida al nacer a tan solo 12 años en 1975, al igual que en 1976, valor realmente insólito; dicho descenso abrupto se produjo durante la llamada “guerra de liberación” de Camboya, a partir de la toma de su capital Phnom Penh. En los años siguientes la esperanza de vida comenzó a aumentar hasta los 56 años en el año 2000 y 67 el 2010, ocupando en la actualidad el puesto 124 respecto de los 194 países que lo publican (datos del Banco Mundial). Su tasa de alfabetización es de 83,7 por ciento (UNESCO). “Museo del genocidio TUOL SLENG” (traducido parcialmente del inglés¨) niños a cargo En la actualidad, cuando han pasado 50 años de los hechos relatados y los niños que sobrevivieron a esa época deben ser abuelos, he leído sobre la enorme cantidad de niños huérfanos entregados en adopción, principalmente a padres de países occidentales. No se cuán efectivas sean dichas noticias, pero si lo fueran ¿qué relación tendrían con los hechos relatados, con la pérdida de vidas en general, con la pobreza que se agravó durante esos años por los cambios en la agricultura, con la pérdida de educadores, de otros profesionales y técnicos y de otros estratos medios? ¿o con la descalificación de los monjes budistas que fueron desacreditados como personas no útiles y enviados a labrar la tierra? ¿o con esos niños que fueron separados precozmente de sus padres para ser enviados a la guerra, o aún peor, a cumplir funciones deshumanizadoras en el que había sido quizás su
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