Ráfagas de Cultura y Arte

18 El 2 de noviembre 1963 fue derrocado el presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem, por algunos de sus propios partidarios; siendo luego asesinado. Creo que en esos años en Chile casi nadie se enteró de la noticia y muy pocos deben haber conocido de la existencia de ese país. Yo preparaba el examen de bachillerato para ingresar a la universidad. El examen era diferente según se rindiera en la Universidad de Chile o en la Universidad Católica; esta última incluía entre las pruebas una de Cultura General, por lo que hacía tres años que mi padre me hacía leer diariamente las noticias internacionales de El Mercurio y no recuerdo haber visto esa noticia; es más, ni siquiera sabía de la existencia de ese país. Veinte días más tarde asesinaron en Estados Unidos al presidente John Kennedy, asumiendo el vicepresidente Lyndon Johnson. Lo supe alrededor de las 5 de la tarde del mismo día, cuando se subió al bus un vendedor de diarios vociferándolo y ofreciendo un suplemento extraordinario del diario con los pormenores de los hechos recientemente ocurridos. La noticia dio de inmediato la vuelta al mundo conmocionándolo, como era de esperar. Unas tres semanas más tardes recaló en Valparaíso el buque escuela Jeanne d´Arc y mi padre nos llevó a visitarlo para que practicáramos el francés, enseñado por las monjas en el colegio. Una vez a bordo, se acercó a mi hermana y a mí un joven que no nos llamó la atención ni por su fisonomía ni por nada extraño en su acento, quien pronto nos dijo “Je suis cambodyan”. Mi hermana me comentó con extrañeza “Dice que es camboyano”, pero esa traducción tampoco nos decía nada pues no sabíamos qué “atributo” sería ese ni a qué se estaba refiriendo. Acercándose, mi papá lo trató de aclarar diciendo que era la Indochina Francesa, lo que fue refutado por el joven que afirmó que Camboya no era Indochina ni tampoco francesa. Mi padre nos recordó la expresión española que nosotros conocíamos “está en la Cochinchina” para referirse a algún lugar desconocido, muy lejano y exótico y nos dijo que Camboya estaba al lado. Y como el asunto le pareció interesante, lo invitó a llevarlo a dar un paseo en auto para conocer la ciudad y tomar té en nuestra casa. Fue la visita más extraña e interesante que hubiéramos recibido nunca: nos dijo que era budista -jamás habíamos conocido a alguien que lo fuese- y que su padre era mandarín- lo que despertó el enojo de mi mamá porque ¡cómo se nos había ocurrido invitar a un noble a nuestra casa que era común y corriente! -. Salió luego en la conversación el tema que yo estaba a punto de dar los exámenes para entrar a estudiar medicina, lo que no los tenía muy contentos pues eran muchos años en que obligadamente tendría que vivir en otra ciudad. Allí el asombro fue del visitante, que quedó atónito sin poder imaginar que un hijo pudiese hacer algo que no aprobaran su padre; los míos le explicaron que una decisión de esa naturaleza correspondía tomarla a los hijos. Nos dijo que su hermano mayor estudiaba medicina porque eso era lo dispuesto por su padre, que él estaba en la marina camboyana por igual razón y lo mismo sucedía con su hermano menor, que estudiaba otra carrera. A la pregunta acerca del matrimonio nos respondió que los contrayentes se casaban de acuerdo con lo que disponían sus progenitores, que él se casaría algún día con la joven que habían acordado los padres de ambos cuando ellos eran niños, lo que no era tema objetable. El buque zarpó y nuestro agradecido invitado continuó viaje enviando una postal de algún otro puerto; al llegar a Nueva York -debe haber sido febrero de 1964- recibimos sus noticias diciendo que había sido notificado que un país vecino, Vietnam, había entrado en guerra, por lo que él debía interrumpir su viaje y tomar un avión para regresar a Camboya y cuidar la frontera para evitar que la guerra se expandiera allá. El diario no publicó noticia alguna al respecto. Por mi parte, me informé por el Almanaque que el Reino de Camboya había sido una de las colonias del sudeste asiático que formaba parte de Indochina Francesa junto con Laos -al norte- y Vietnam -al este-. El río Mekong, que nacía en el Himalaya, dirigiéndose hacia el sur pasaba por esos tres países desembocando en el Mar de China Meridional en un recorrido de 4.300 kilómetros. El censo realizado en Camboya en 1950 mostraba que su población era de 4.073.967 habitantes. También los ingleses tenían colonias en Indochina; Camboya ACERCA DE INDOCHINA Y LOS NIÑOS DE CAMBOYA Carmen Noziglia del Nido

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