15 específicamente y en forma continua al cuidado, educación y formación de niños. En segundo lugar, los historiadores de la arquitectura lo identifican como la primera estructura verdaderamente renacentista, siendo además la primera comisión de Brunelesco, el extraordinario arquitecto, matemático e ingeniero del naciente Renacimiento italiano. Adicionalmente, la construcción en si misma y el como se gestó su inicio, representan un hito social y cultural fundamental del Humanismo durante el “quattrocento” que hace concreto el pensamiento renacentista. Además, queda su proyección en organizaciones que promueven, defienden y velan por los derechos de los niños, como el Centro de Investigación Innocenti (UNICEF) y la Fundación Ágata Smeralda, entre muchos otros. El “Bambino” o el “Innocenti”. Andrea Di Marco Di Simone Della Robbia (20 ó 24 de Octubre 1435, Florencia – 4 de Agosto de 1525, Florencia), es adoptado por su tío Luca Della Robbia (13991482), famoso escultor florentino, junto a sus cinco hermanos cuando, en 1448, su padre, Marco, fallece prematuramente. Andrea es el principal seguidor de la actividad de su tío Luca, quien le enseña el arte de la escultura y todos los secretos de la tierra cocida, hoy conocida como terracota vidriada, debido a un proceso de cocido y esmaltado inventado por Luca. Mientras Andrea trabaja en el taller familiar, recibe un sinfín de encargos que le convierten en el verdadero protagonista del mismo; ese protagonismo provoca los celos del tío que lo deshereda en su testamento (19 de febrero de 1471) porque considera que el joven ya posee bastante riqueza pues ha aprendido "un arte muy remunerativo, fruto de su ingenio y de sus enseñanzas, que le aporta fáciles honores y notables ganancias ". Sin embargo, a la muerte de su tío en 1482, se hace cargo de la familia y el taller. Su principal trabajo (1463-66), fueron los “tondos” o rodelas de terracota que adornan el Hospital de los Inocentes que apreciamos en las figuras y que se han convertido en el símbolo del humanismo renacentista y de la percepción de los niños como sujetos de derecho. Andrea tuvo varios hijos, de quienes Giovanni (1469 – 1529/1530), Girolamo (1488 – 1566), Luca el Joven (1475 – 1550), Marco (1458 – 1534) y Pierfrancesco (1477 – 1528) son los más conocidos. Giovanni ejecutó las relevaciones famosas para el Ospedale del Ceppo, Pistóia y quién mantuvo en funciones el taller posterior a la migración de sus hermanos a Francia. Las teorías sobre el diseño que Andrea realizó para la confección de los “bambini”, sus motivaciones y la simbología que proyecta son parte de la historia desconocida de esa época; sin embargo, se puede destacar el aspecto angelical de las formas, el aparente buen estado nutricional que destacan y el gesto amable en la mirada junto al de solicitud expresada en sus brazos. Se puede especular que representan a Jesús-niño, expresando gestos de confianza en quienes lo están acogiendo y protegiendo, pero a la vez de solicitud de apoyo ante el abandono. Las libertades creativas de Della Robbia se observan también en el vestuario; los ropajes que cubren al niño son el reflejo de la moda de la época que, con distintos argumentos a los que entregamos hoy, se usaba envolver a los menores de tres meses por completo, dejando solo la cabeza al descubierto; era inhabitual que los niños mayores siguieran fajados. Desde tiempos bíblicos (Lucas 2:7) se destaca la usanza de envolver a los niños para “protegerlos de las inclemencias del tiempo, de los desechos fisiológicos y favorecer su crecimiento”. Sin embargo, el bambino aparenta más de tres meses, pareciera de alrededor de 12 a 18 meses y la expresividad y gestualidad también representan a un niño mayor. Como sea, Della Robbia consigue el propósito de obtener la simpatía, encantamiento, por parte del observador y reflejar la importancia que adquiere el niño en el naciente Humanismo renacentista, destacándole características que le confieren atributos de “persona”: expresividad, sentimientos y necesidades. CONCLUSIONES. Puede cerrarse esta historia con la frase de Décimo Junio Juvenal (55 – 138 DC), célebre moralista y escritor latino, la que en algún momento formó parte de nuestra insignia: “Maxima debetur puero reverentia", ”Todo niño merece el máximo respeto”, (Sátiras, XVI, 47), frase en la que se inspiraron los pensadores del Renacimiento, que retoman el conocimiento greco-romano en su visión del hombre. Esta historia, que trata del rescate del concepto de protección a la infancia, lentamente se extiende por Occidente a partir de L´Ospedale, que no solo representa un cambio de paradigma arquitectónico, sino también conceptual frente al retorno del humanismo que caracteriza el Renacimiento en general, y el florentino en particular. Esta es la historia detrás de un logotipo, el que tiene el propósito de representar aquellos valores que nuestros predecesores, fundadores de la Sociedad Chilena de Pediatría reunidos por el Prof. Luis Calvo Mackenna hace 103 años, tuvieron como ideario,
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