126 humana cobra sentido no sólo en el plano individual, sino también social. Hay un esfuerzo en su línea argumental -ya sea a través del enfoque de capacidades y otros textos5,6- , que es explícito en proponer que las instituciones sean capaces de reconocer la fragilidad para promover un florecimiento humano más equitativo. Imaginación, fragilidad y medicina: La medicina por su parte es un arte que utiliza la ciencia y destina sus intervenciones a promover la salud, cuidar y en lo posible curar a personas que debido su condición de enfermas son doblemente vulnerables, dada la fragilidad existencial y la que adiciona una dolencia específica. De acuerdo con Nussbaum, poseemos una fragilidad ineludible y ser conscientes de ello en el plano social es un factor que permite abordar las estrategias y las conjeturas en medicina de una manera en que socialmente y a través de la medicina podamos contribuir a la justicia social. En términos prácticos, pensar filosóficamente o fundamentar filosóficamente las acciones en medicina, nos ayuda a justificar aquello que moralmente consideramos correcto. Podría ser una acción simple, como el tiempo mayor en consultas dedicadas a personas con discapacidades, problemas de lenguaje e incluso familias migrantes, quienes, por no disponer de recursos lingüísticos o interpretaciones comunes de las cosas, necesitan que con paciencia y mucho cuidado, sus médicos les atiendan. Y, por supuesto, podría tratarse de una serie de acciones de mayor esfuerzo y envergadura que las instituciones pueden llevar a cabo si está en sus intereses. Pero… ¿cuántas situaciones nuevas y complejas forman parte de nuestro presente?, creo que si hace 30 años nos hubiésemos puesto a detallar lo que vendría, de todas formas y empleando la mayor imaginación, no habríamos sido capaces de vislumbrar las conjeturas que hoy experimentamos. Los cambios y la complejidad del presente, en manos de las crisis ambientales, la explosión tecnológica, los fenómenos políticos y migratorios, las guerras, las nuevas enfermedades y la reciente pandemia de COVID-19, sin dudarlo, nos han exprimido en la necesidad de dar soluciones y todos sabemos que ello ha sido insuficiente. Son tantos y variados los fenómenos que no terminamos de sorprendernos. Lo que no se duda es que todos ellos son complejos y difíciles de encarar. Por esa razón, amparados sólo en nuestro saber científico es improbable que encontremos soluciones también complejas. De hecho, desde finales de los 70 Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés empieza a trabajar lo que sería una nueva epistemología que intenta abordar la complejidad. Si nos detenemos un poco a pensar más profundamente en la medicina de nuestra era, vislumbramos trazos inquietantes de confusión, desorientación, ambigüedad e incertidumbre y por esa razón se haría necesaria la capacidad de encontrar soluciones inter y transdisciplinarias, donde la imaginación narrativa ampliamente desarrollada en los profesionales de la salud, los cuidadores y los gestores de salud puedan señalar un camino de amplia cobertura a estos fenómenos, compasiva y democráticamente. Los profesionales de salud del presente y los que se forman para serlo, necesitan amplias herramientas para intentar analizar, pensar y reflexionar sobre las otras vidas humanas y sus posibilidades y en ello la imaginación narrativa propuesta por Nussbaum se hace más importante que nunca. Hacia el futuro: Se hace difícil señalar un camino hacia el futuro; no obstante, necesitamos proyectarnos, ampliar la mirada. A través de la imaginación narrativa podemos pensar nuevas posibilidades, soñar con mundos mejores y planificar acciones para alcanzarlos. Vista como una competencia, esta habilidad nos permite conectar con personas de diferentes culturas, entender problemas globales y trabajar junto a otros por soluciones comunes. En definitiva, podría ser una herramienta para la esperanza y la transformación. En conclusión, tanto la fragilidad como la imaginación narrativa son profundamente humanas. La última nos permite crear, interpretar y conectar con las historias. La podremos encontrar a partir de la literatura y artes en general, podemos aplicarla a la educación, la medicina y la vida cotidiana. Es esencial para entendernos a nosotros mismos y al mundo. No sólo nos permite dar sentido a nuestra experiencia, sino que nos proyecta hacia los demás y el futuro. Toda la complejidad del presente, sus incertidumbres y desesperanzas podrían encontrar una oportunidad en la imaginación narrativa, señalando de alguna manera que: siempre hay historias que merecen ser contadas y analizadas, sueños a intentar y futuros por imaginar. REFERENCIAS 1. Aristóteles. Poetica (Spanish Edition). North Charleston, SC, Estados Unidos de América: Createspace Independent Publishing Platform; 2016. 2. Nussbaum MC. El cultivo de la humanidad. Ediciones Paidos Ibérica; 2006.
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