125 desarrollado en conjunto al economista Amartya Sen en los años 80, la hizo muy conocida. Ellos desarrollan una teoría que evalúa el bienestar humano y la justicia social en términos de lo que los individuos son capaces de hacer. Imaginación narrativa, literatura y más: La capacidad de crear mundos ficticios se considera un motor propulsor de la más refinada y exquisita literatura. Destacados escritores, como el premio nobel colombiano Gabriel García Márquez, a través de la narrativa entretienen a sus lectores y al mismo tiempo, se empeñan en explorar, muchas veces con bastante profundidad, ciertos temas que son motivo de preocupación universal como el amor, la muerte, la enfermedad, la identidad, las luchas de poder y el sentido de la vida. Quizás sea la literatura ese espacio donde la imaginación narrativa se despliega en su máxima posibilidad. Los lectores al zambullirse en las historias van ejercitando su imaginación narrativa, sin darse cuenta, interpretan símbolos, metáforas, conectan situaciones y sin duda, pueden empatizar o no con los personajes. Por ende, se trata de un proceso activo, donde cada uno reconstruye la historia en su mente y va otorgando un sentido y significado personal a las lecturas. Nuestra vida cotidiana también contribuye a la imaginación narrativa. A diario aparecen anécdotas o eventos pasados que al traerlos al presente nos hacen pensar y muchas veces planificar lo que viene. También quienes somos y cómo nos vemos está construido sobre una narrativa. Nos vamos contando a nosotros mismos una historia en constante evolución y somos nosotros los protagonistas. El principal aporte de Martha Nussbaum es la sólida argumentación que hace respecto a que la imaginación narrativa es una herramienta fundamental para la educación. Ella plantea que, a través de la literatura, los estudiantes de cualquier área del conocimiento - y también los médicos, por cierto -, pueden explorar distintas realidades, muy diferentes a las de ellos y eso puede contribuir a fomentar su empatía, su sensibilidad y su pensamiento crítico. Cuando los jóvenes leen, meditan y profundizan acerca de personajes que enfrentan injusticias o conjeturas morales, pueden reflexionar sobre los valores propios y sobre cómo sería la forma más adecuada de proceder. Desde un plano moral, la imaginación narrativa ayuda a considerar diferentes posibilidades y perspectivas, permitiendo que, al momento de tomar decisiones, estas sean más informadas y compasivas. Esto nos abre una perspectiva donde la imaginación narrativa trasciende desde la perspectiva estética a la moral. En la obra de Nussbaum: Son muchos los textos que nos permiten explorar estas teorías, pero es sin duda en El cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la reforma en la educación liberal2 y en Sin fines de lucro: porque la democracia necesita de las humanidades3 donde la filósofa argumenta sólidamente en favor de la imaginación narrativa como una manera fundamental de formar ciudadanos comprometidos y compasivos con las fragilidades existentes en las sociedades actuales. Con sus teorías, Nussbaum tiende un puente hacia la empatía, dado que a través de la imaginación narrativa una persona es capaz de ponerse en el lugar del otro, entender su historia, emociones y circunstancias. Sin el desarrollo de la sensibilidad y empatía no seríamos capaces de sentir con otros y comprender sus perspectivas. Ella plantea que la diversidad que comporta el mundo contemporáneo y globalizado, ejemplificándolo por ejemplo en el fenómeno migratorio, nos pone en un punto crítico para construir sociedades inclusivas y justas. Fragilidad: Nussbaum plantea que la fragilidad es inherente a la vida humana y lo fundamenta en la filosofía antigua que combina con reflexiones modernas sobre la condición humana4. Señala que la fragilidad afecta nuestras decisiones morales y de alguna manera está enlazada con nuestra búsqueda de la felicidad. Hace una crítica a la visión estoica, donde la felicidad y la virtud no son permeadas por circunstancias externas y le da importancia a los vínculos emocionales y a las relaciones humanas, las que son fundamentales para la vida plena. No obstante, es a partir de esto mismo que somos vulnerables al dolor y a la pérdida. Por todo ello, reconoce que la fragilidad no se puede eliminar, sino más bien debemos aceptarla como parte de una vida auténticamente humana. Nussbaum analiza la tragedia griega representada por Sófocles y otros, donde se muestran dilemas morales sin soluciones perfectas, lo que de alguna manera refleja la fragilidad de la vida humana y cómo nuestras decisiones morales son influidas por circunstancias que no podemos controlar. A su vez, ella enfatiza en varios de sus textos el tema de las emociones como el amor, el miedo y la compasión, las que son esenciales para una vida ética y significativa, lo que también nos hace frágiles. Rechazar las emociones para Nussbaum sería negar una parte constitutiva de nuestra humanidad. La manera en que Nussbaum visualiza la fragilidad
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