Ráfagas de Cultura y Arte

12 se hace cargo de las obras, a quien se ha atribuido la construcción del segundo piso de la fachada, finalizando su construcción Jacopo Rosselli, el 24 de Enero de 1445, año en que inicia sus funciones con la acogida de los primeros 62 niños, la primera de las cuales ingresa el 5 de Febrero de 1445, para Santa Ágata, por lo que fue bautizada como Ágata Smeralda. Los años siguientes, el número de niños que recibió fue muy significativo: en 1454 se contaba con 260 niños, en 1511 con 1200 y para 1660 se refiere entre 3.000 y 4.000 menores, a lo que hay que sumar al personal encargados de cuidar, educar y proteger a estos menores. En el pórtico, a base de arcos, se refleja el sistema de proporciones en que se basa la arquitectura brunellesquiana, pues el ancho del vano y del pórtico es igual al alto de las columnas, con lo cual se forma un cubo que se repite nueve veces, ofreciendo una amplia comunicación al exterior y hacia la plaza, como se observa en las figuras. Esta disposición lo diferencia de los “ospedali”, la visión medioeval del hospital, más cercano a los monasterios, cerrados, con escasa circulación de gente. En contraposición, Brunelesco levanta esta nueva característica de apertura, más cercana a la concepción actual del hospital, con una amplia comunicación al exterior a través de los arcos del pórtico o “loggia”, que permite el libre desplazamiento de familiares, visitantes y trabajadores dedicados al cuidado de los niños, en forma tal, que el pórtico se comunica e integra en un todo con la plaza en la que se ubica. A su vez, permite que el niño tenga amplios espacios de esparcimiento y contacto con el exterior, desarrollándose el concepto de “ospedale”, o su diminutivo “spedale”. Este cambio traduce y es concordante con las corrientes de pensamiento de la época que ya empezaban a distinguir la condición de los niños y adolescentes como un ser independiente, con derechos propios, diferentes a los de los mayores de edad. Las columnas son de tipo corintio, adornadas, en cada espacio que dejan los arcos y cornisa (“enjutas”), con medallones en terracota policroma (tondos) ejecutados por Andrea Della Robbia, entre 1463 y 1466, que representan a bebés-querubines en actitud de súplica, que visten simbólicamente la ropa elaborada por quienes eran los encargados de velar por los niños abandonados en ese entonces, los Mercaderes de la Seda de Florencia, a la usanza de la época, siendo éstos la principal obra del artista. Las figuras muestran detalles de estos tondos y los que posiblemente sirvieron de modelo para los logos de la Sociedad Chilena de Pediatría (a la izquierda) y a la AAP (a la izquierda el único tondo con la imagen con los pies descubiertos). Probablemente, solo los 10 medallones centrales son su obra y fueron montados recién en 1487, cuarenta años después de la muerte de Brunelleschi. Los restantes 4, dos pares en los extremos de la loggia, fueron instalados en 1845, durante ampliaciones posteriores. En el extremo derecho del pórtico se ubicaba una especie de cuenca próxima a una ventana amplia que comunicaba a una sala, donde una dama hacía turno esperando la llegada de algún niño abandonado, cuyo primer llanto avisaba su

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