115 TRABAJO DE VERANO Nelson A. Vargas Catalán ¡Larry Nilson era suuuuuper famoso!. Todos los “lolos” lo conocíamos (y muchos, más recorridos, también). Todas las “lolas” lo encontraban “encachao”. La década de 1960 lo nadie conocía por su nombre real, pero sí conocían a Larry. Entonado y con voz agradable… Y uno de sus éxitos, en el Festival de la Canción de Viña del Mar, era “Trabajando en verano”. Gallo de la Nueva Ola chilena se veía buen tipo y, décadas después, trae gratos recuerdos y nace un deseo de que esté bien, junto a quienes ame. mar, arena, cielo azul. el verano llegó, alegrando el corazón olvidemos trabajar, olvidemos estudiar ¿Era mentira todo eso? ¿sólo una bella canción? ¿rítmica y fácil de cantar y bailar?. Mmmm …Claro que Larry la había cantado en el festival en 196…? Ya no me acuerdo. ¡Pero el verano aparecía por todos lados y en muuuuuchas canciones! Nihil novum sub sole. No poh… nada nuevo bajo el sol. El Willy Ponti cantaba “Contigo en verano…” Y los Red Splendor, “Verano con amor”… La lista de menciones cancioneras del verano era laaaaarga… Y, si se agregaban canciones en inglés…interminable. Claro que este era un verano diferente, con trabajo. Se avanza paso a paso. Cada región o país del mundo tiene su forma propia de expresarse. En Chile, país largo, también, y asombra ver con que rapidez cambia y acoge o elimina términos que han sido de alto uso en un momento. Esos términos variables, a veces fugaces, a veces estables, pueden modificar el tono emocional de la comunicación. A comienzos del siglo XXI es frecuente que el mensaje implícito en este país, el mío, sea, con bastante frecuencia, quejoso y centrado en una crítica: “no tienen idea”, “está mal planteado”, “como no se les ocurre”, “no va a resultar…” Es posible que este estilo, crítico y de reproche, también se use en muchos otros países o regiones; pero, cabe preguntarse si hace justicia a la realidad en discusión. En una perspectiva personal de quien escribe, el estilo pesimista crítico no hace justicia a la evolución y realidad del Chile de comienzos del siglo XXI. Si uno se remonta cien años atrás, analizando, por ejemplo, la mortalidad infantil, la queja es injustificada y la legislación creada y puesta en marcha a comienzos del siglo XXI da más fuerza a esta afirmación positiva y optimista. Revisando episodios y etapas de la historia nacional se encuentra una larga lista de hechos y actividades enfocados en mejorar la situación del momento en que ocurren. Aparecen, por ejemplo, muchas instancias en que se hizo evidente una actitud empática y resiliente de la comunidad, que se empeñó en resolver problemas y que, en instancias de catástrofe, hizo popular la frase: “Chile ayuda a Chile”. En esta visión más optimista de la comunicación se inserta este relato que recuerda veranos de la década 1960, cuando se veía partir a grupos universitarios, con docentes, a puntos de la larga geografía, para apoyar o iniciar soluciones a problemas detectados. Tal vez una evaluación de la eficacia de estas iniciativas no arroje resultados claros. Tal vez no se solucionaron las dificultades que las motivaban o justificaban, tal vez generaron otros problemas derivados de ellas… pero es fácil pensar que contribuyeron a que los estudiantes tuviesen una
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