107 Cachudito, Nos. San Bernardo Alrededor de su ojo tiene una ceja oscura que le da aspecto de estar “enojado”. Es un ave muy territorial y es frecuente ser testigo de batallas entre los machos durante los meses de primavera y verano. En invierno suele alimentarse de semillas. Avisté a este cachudito en Nos, a la sombra de un frondoso árbol, un damasco que se preparaba para dar frutos. Su veloz escapada me hizo seguirlo varios minutos hasta que se posó entre unas ramas de un ligustro y pude fotografiarlo. Esta foto me gusta porque está casi escondido y la luz que se cuela entre las hojas le dan un buqué especial, como si se asomara entre nubes verdes y amarillas. Para un experto puede no ser una buena fotografía, pero la historia que me recuerda merece su presentación en este capítulo. Otra ave que podemos observar en los valles y en la cordillera, es el Jilguero. Esta ave tiene un dimorfismo sexual marcado, el macho tiene plumas negras en su cabeza y en las alas; en el cuerpo presenta plumas de tonos que van desde el amarillo a verde claro. La hembra tiene todo su cuerpo cubierto de plumas amarillas y verde claro. El jilguero suele verse en bandadas, posándose en grandes árboles. Su tamaño es de unos 11 cm y con sus alas abiertas llega a medir 21 cm. Gusta de las semillas de los cardos y en la ciudad disfruta de la semilla del Acer. Justamente pude realizar esta fotografía cuando un bello macho estaba tratando de romper la dura cubierta de la semilla de ese árbol. La foto tomada a la hora dorada, en un soleado día de invierno, hizo destacar los amarillos y le dio un aspecto magnífico. Jilguero, Nos. San Bernardo. Julio 2019 Hay un ave que goza de “mala reputación” por ser el causante de pérdida de cosechas de frutas, ya que disfruta comiendo de ellas apenas empiezan a madurar. Me refiero al Zorzal. Esta ave suele verse posado sobre árboles comiendo damascos, guindas, nísperos, higos… toda clase de frutas forman parte de su dieta en verano y el resto del año goza al comer lombrices que salen a superficie después de una lluvia. Presenta un oído privilegiado y es capaz de escuchar el movimiento de lombrices bajo la tierra. Característica es su posición erguida con la cabeza girada hacia un lado, escuchando, Zorzal, San Bernardo listo para zambullirse en un picotazo y atrapar a su deliciosa presa. No presenta dimorfismo sexual, siendo iguales el macho y la hembra. Son padres dedicados, como suelen ser todas las aves, y es frecuente encontrar algún polluelo siendo
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