101 encontré una crítica que hacía presente un sesgo en la perspectiva global del relato: "En su visión realista del campo chileno, Barrios se despreocupa absolutamente del inquilino, del afuerino, del peón agrícola y del mediero, los auténticos héroes de cualquier creación literaria de la vida campesina nacional para fijar toda su atención en el señor feudal de nuestros campos, el rico agricultor en héroe de leyenda". (Muñoz Lagos, Marino. "Un personaje singular", El Magallanes, Punta Arenas, 28 de mayo, 2000). Juan Eduardo Barrios Hudtwalcker nació en Valparaíso el 25 de octubre de 1884 y, en forma corriente, simplificada, se le conoce como Eduardo Barrios. Sus padres fueron Eduardo Barrios Achurra, oficial del ejército chileno que murió combatiendo en la campaña del Pacífico, cuando el futuro escritor tenía 5 años, e Isabel Hudtwalcker Jounny, de nacionalidad peruana y ancestro alemán-francés. Al poco tiempo se trasladaron a una Lima que había salido hacía poco de la guerra con Chile. Ello originó que estuviera buena parte de su infancia expuesto a la natural hostilidad que derivaba de esa situación. En 1900, con 16 años, volvió a Chile e ingresó a la Escuela Militar; descubriendo que su camino no estaba ahí. Inició actividades diversas, como cuentista, dramaturgo y novelista. Posteriormente, fue funcionario de la Universidad de Chile y taquígrafo en la Cámara de Diputados. En esa época escribió teatro: Del natural (1907) y Mercaderes en el Tiempo (1910), Premio de Teatro en el concurso que con motivo del Centenario de la Independencia convocó el Consejo Superior de Letras y Artes. En 1915 se inició como redactor de las revistas Pluma y Lápiz, Pacífico Magazine y Zig-Zag y, el mismo año, “El niño que enloqueció de amor”, lo hizo ampliamente conocido. Después publicó: “Un perdido” (1918) y (1922), “El hermano asno”, retratando la vida de los frailes franciscanos en el convento de San Francisco. En 1948 apareció “Gran Señor y Rajadiablos”, que el primer año vendió 70.000 ejemplares en el país, cifra increíble en el contexto del momento. Barrios hizo una larga y relevante lista de aportes al país: en 1925, ingresó a la Biblioteca Nacional y alcanzó su dirección para pasar, poco después, a ministro de Educación. Al caer el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo se dedicó a la agricultura, sin dejar de escribir libros ni escritos en los diarios El Mercurio y La Nación. En 1946, recibió el Premio Nacional de Literatura y, dos años después, apareció “Gran Señor y Rajadiablos”, relatando la vida en el campo, donde vivía parte importante de la población del país en un medio lleno de inequidad. El escritor recibió muchos premios y reconocimientos: en 1949, Premio Atenea (Universidad de Concepción); en 1953 fue incorporado a la Academia Chilena de la Lengua y designado director de la Biblioteca Nacional. Murió el 13 de septiembre de 1963. Resumen del impacto de los cuatro primeros libros. Las conclusiones que propondré son: a)deducir que la juventud que recibía educación en esa época estaba, en alguna medida, influenciada por la cultura francesa; hecho que ocurría desde el siglo XIX (anterior) y que llevaba a que aún ese idioma se enseñase en la educación pública del momento de los relatos. Había mucho interés y admiración por Francia, su moda, cultura e ideas. Hablar esa lengua producía respeto. b)la juventud chilena, y tal vez todo el país, tenía un interés muy nacionalista, derivado de la historia de las décadas previas caracterizada por una larga acomodación al fin de la colonia española. Este interés tenía además un tinte de arrogancia y, quien sabe, no exento de prepotencia internacional. c)la literatura predominante no mostraba una inclinación abierta hacia la detección y corrección de la evidente inequidad que se detecta en un relato. d)los escritores chilenos eran muy amenos, sabían llegar a la emocionalidad de sus lectores y tenían acceso a la población media del país. e)en un país de natalidad alta, los hermanos mayores tenían influencia educacional en los hermanos menores, que les seguían y podían llegar a ser modelos para ellos. f)las clases medias de esa realidad usaban la lectura como entretención, información, formación y cultura. g)el realismo fantástico, con su boom latinoamericano fue… ¡fantástico!. ¿Qué ocurrió después de leer esos libros? Tal vez esas lecturas ayudaron a mejorar mi ortografía y a incluirme en la idea de que la lectura es beneficiosa, útil e informativa. La etapa educacional universitaria, mediante diálogos e intercambio llevó a conocer muchos otros libros fuera del área técnica de estudio. La lista de libros que influían y aún influyen en mi vida creció sin cesar y sería injusto no citar algunas de esas publicaciones. Vamos por ellas, pero antes parece justo recordar el movimiento literario llamado “Realismo Fantástico”, de nombre parecido a “Realismo Mágico”. He tratado de encontrar una
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