Ráfagas de Cultura y Arte

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2 Comité de Cultura y Arte Realizado a fines de 2024 e inicios de 2025 Lanzado en ceremonia internet en Abril 2025 para conmemorar el Día Internacional del Libro y rendir homenaje al Dr. Luis Francisco Lira Weldt Cubierta realizada por María Eugenia Ávalos Anguita Disponible gratuitamente en www.sochipe.cl LIBRO DIGITAL

3 INDICE AUTORES 4 Prefacio y Luis Lira Weldt 5 RETORNO 6 I.- ¿No importa saber quién soy, ni de dónde vengo (ni pa’ donde voy)?. Historia y geografía para ustedes… 7 Historia desconocida tras el logo de la Sociedad Chilena de Pediatría Francisco Moraga Mardones 8 Acerca de Indochina y los niños de Camboya Carmen Noziglia del Nido 18 ¿Impuestos en Chile? ¡Nada nuevo bajo el sol! Álvaro Méndez Fuentealba 22 Sumeria y Gilgamesh Nelson A. Vargas Catalán 26 II. Me hizo estremecer. Sensaciones humanas de todo tipo (Al ver obras de arte, al oír noticias, al oír música, de amor… etc). 34 De la cámara al pincel María Eugenia Ávalos Anguita 35 Arnoldo Quezada Lagos Diario de un viaje sin retorno Arnoldo Quezada Lagos 41 Paté de Chungungo Arnoldo Quezada Lagos 43 Breve historia de la mujer en la Pediatría Francisco Moraga Mardones 44 Sección III. Me dejó pensando… Ideas o acciones humanas o animales que nos han hecho reflexionar. 60 Conociendo el Patrimonio de iglesias de Chile: Iglesias de Chiloé Patricio E. Vargas Reyes 61 Bosquecina. La naturaleza como refugio y medicina para la infancia Claudio Cisterna Santana 83 Sección IV. Dejó huella en mí… Hechos, cosas, momentos, que contribuyeron a nuestra personalidad o sensibilidad. 85 Carta de Lady Mary Arnoldo Quezada Lagos 86 Iniciación andina María Ximena Sandoval Pastén 88 ¿Tres? libros que me marcaron Nelson A. Vargas Catalán 96 Sección V. ¡Puchas, que liiindo! Te comparto alegría, felicidad y placer. 104 Fotografía de aves. Mi experiencia María Eugenia Ávalos Anguita 105 Trabajo de verano. Nelson A. Vargas Catalán 115 Martha Nussbaum: Imaginación, fragilidad y su vinculación con la medicina Pamela Jofré Pavez 124

4 Ávalos Anguita, María Eugenia, Pediatra Ex Presidente Comité de Cultura y Artes. Sociedad Chilena de Pediatría Ex Presidente Comité de NANEAS. Sociedad Chilena de Pediatría Cisterna Santana, Claudio Pediatra. Magister en Salud Pública Jefe Servicio de Pediatría. Hospital Gustavo Fricke. Profesor Cátedra de Pediatría. Universidad de Valparaíso Director Sociedad Chilena de Pediatría Miembro Comité Salud Ambiental Infantil. Sociedad Chilena de Pediatría Jofré Pavez, Pamela Pediatra. Gastroenteróloga Infantil. Magister en Bioética y Medicina Narrativa. Profesora Universidad de Valparaíso. Departamento de Pediatría Directora. Laboratorio de Medicina Narrativa. Universidad de Valparaíso Méndez Fuentealba, Álvaro Pediatra. Jefe Unidad de Paciente Crítico Neonatal. Hospital de Talca Profesor Universidad Católica del Maule. Talca Moraga Mardones, Francisco Pediatra. Nutriólogo. Ex Presidente Sociedad Chilena de Pediatría Editor Redes Sociales. Sociedad Chilena de Pediatría y Diario Mí Hijo Profesor Asociado de Pediatría. Universidad de Chile Subjefe Servicio de Pediatría. Hospital Clínico San Borja Arriarán Noziglia del Nido, Carmen Profesora. Escuela de Medicina. Universidad de Valparaíso Integrante Directorio Museo Fonck, Viña del Mar Directorio. Sociedad Chilena de Historia de la Medicina Miembro Academia de Historia Naval y Marítima de Chile Quezada Lagos. Arnoldo Ex Presidente Sociedad Chilena de Pediatría Profesor Titular Universidad de Chile Maestro de la Pediatría Chilena Miembro de Número de la Academia de Medicina. Instituto de Chile. Sandoval Pasten, María Ximena Médico cirujano. Pediatra neonatóloga Hospital Dr. Leonardo Guzmán, Antofagasta Vargas Catalán, Nelson A. Ex Presidente Sociedad Chilena de Pediatría Profesor. Titular Universidad de Chile Maestro de la Pediatría Chilena Miembro Honorario de la Academia de Medicina. Instituto de Chile. Vargas Reyes, Patricio Enrique Pediatra. Ex Presidente Sociedad Chilena de Pediatría. La Serena Profesor Asistente. Universidad Católica del Norte Presidente Comité de Cultura y Arte. Sociedad Chilena de Pediatría AUTORES

5 Prefacio es una palabra no muy usada. Salvo en libros. Viene del latín praefatio y quiere decir: Prólogo o introducción de un libro. Tiene varios sinónimos: prólogo, preámbulo, introducción, proemio, prolegómeno, preliminar, exordio, prefación. Es lo opuesto al epílogo; que, habiendo partido del griego (“sobre lo escrito”), y pasando por el latín, significa “Recapitulando lo dicho en un discurso o en otra composición literaria”; aunque también es “síntesis, compendio, resumen, recapitulación, conclusión, colofón, final, fin, etc.“ La Sociedad Chilena de Pediatría, fundada en 1922 y, por lo tanto, con más de un siglo de vida, es la sociedad médica más numerosa del país y cuenta entre sus grupos de trabajo con un Comité de Cultura y Artes, fundado en 2019 y llamado, en forma abreviada, “COCA”, apodo un tanto pecaminoso. Dañino. El objetivo del Comité es contribuir a conservar la cultura pediátrica y a la difusión de esta en la sociedad, con énfasis en las artes, la historia y el patrimonio histórico de la Pediatría chilena, así como en su relación internacional. Como es natural, esto también apunta a mejorar la calidad de vida de quienes cuidamos niños y de toda la población del país. En este contexto se inscribe este libro de cinco secciones, que relacionan la emocionalidad humana con experiencias vitales relatadas por sus autores, integrantes del Comité. A saber: I. ¿No importa saber quién soy, ni de dónde vengo (ni pa’ dónde voy?)?. Historia y geografía para ustedes… II. Me hizo estremecer. Sensaciones humanas de todo tipo (Al ver obras de arte, al oír noticias, al oír música, de amor,.. etc). III. Me dejó pensando… Ideas o acciones humanas o animales que nos han hecho reflexionar. IV. Dejó huella en mí… Hechos, cosas, momentos, que contribuyeron a nuestra personalidad o sensibilidad. V. ¡Puchas, que liiindo! Te comparto alegría, felicidad y placer. Detrás de todo esto, y frecuente en nuestros diálogos, aparece un nombre en nuestro pensamiento o nuestras emociones y, claro, nuestros valores. Es el nombre de un integrante del grupo, que marcó a los demás. Se llamó Luis Lira Weldt. El poeta. El chileno. El francés. El que respaldaba a los otros. El que nunca fue visto agrediendo y el que manejaba su lenguaje de una forma que aceitaba los desacuerdos y los privaba de su sílaba inicial. Se nos fue y permanece. Aparece en los diálogos, en los valores y, también, en suspiros. Participó en las actividades del Comité de Cultura y Arte desde el inicio. 2019. Y siempre tuvo en sus frases a su familia. Sin duda fue un hombre de muchos amores: su esposa, su familia, la reumatología, la poesía, la ética, su hospital y el compartir. Es acuerdo unánime del grupo que este libro sea dedicado a él, con sus amores mencionados en una línea anterior. Eso es un acto de justicia con uno más de los que ayudan a mejorar el mundo. Les entregamos este trabajo con amistad y deseos de contribuir a su calidad de vida y, naturalmente, como un homenaje a Lucho, que ese era el nombre coloquial en los intercambios de Comité. Nelson A. Vargas Catalán Santiago de Chile. 31 diciembre 2024 Prefacio y Luis Lira Weldt

6 Es jueves y disfruto un jugo de naranjas recién exprimido junto a un café americano y una baguette con mantequilla y confitura de fresa, como muchos seres anónimos que se sientan a mi lado con un cigarrillo y con la mirada en el horizonte interrumpida por las fachadas armónicamente dispuestas. También me entrego a la contemplación deliciosa de la nada, de un momento consagrado que no podré volver a vivir; tal vez sí, de otra forma. Somos reverberación de la existencia. Estuve aquí, de paso a los 24 años, inadvertidamente, volví para instalarme con los míos a los 38, a sumergirme en el París real. Y ahora, 30 años después, estoy en el mismo punto, con el cuerpo más torturado, pero con el alma fresca, porque nuestros pasos nos llevan al retorno de lo invisible, de aquello esencial que nos dice Saint-Exupéry. Pero ¿qué significa este retorno? Busco respuesta en la belleza, en los sentimientos, en la efímera felicidad, en el sentido de existir, aquello que no sé cómo precisar, pero que lleva a la espera. En el intento del sudor de mis días, a veces asoma un atisbo de lo que será, sin tener la certeza, pero la esperanza pura de unir existencia, sentido y encuentro, en los brazos protectores y la mirada amorosa del Padre que se me revela. RETORNO Luis Lira Weldt

7 Ráfagas de Cultura y Arte ¿No importa saber quién soy, ni de dónde vengo (ni pa’ donde voy)? Francisco Moraga Mardones Carmen Noziglia del Nido Álvaro Méndez Fuentealba Nelson A. Vargas Catalán 2025 Historia y geografía para ustedes… I

8 LA HISTORIA DESCONOCIDA TRAS EL LOGO DE LA SOCIEDAD CHILENA DE PEDIATRÍA: Il Bambino de L´ospedale degli Innocenti. (o cómo un logotipo representa la humanización de la Pediatría) Francisco Moraga Mardones Mis agradecimientos al Dr. John Zwicky (19.12.2022, New Brunswick, NJ – 10.03.2009, Cincinnati, OH), Director del Pediatric History Center de la American Academy of Pediatrics (AAP), por haber facilitado, para la versión inicial de este manuscrito, el acceso a sus archivos históricos. RESUMEN. Existen dos clases de logotipos estándar: un nombre, o un nombre y un dibujo; su fundamento es capturar la esencia de la organización a la que representa. El logo de la Sociedad Chilena de Pediatría (SOCHIPE) es la expresión gráfica de las terracotas confeccionadas por Andrea Della Robbia en 1463, ubicadas en el Hospital de los Inocentes en Florencia, primera institución dedicada a acoger, cuidar, restituir la salud y educar a los niños abandonados en Europa. La imagen en estos tondos de terracota, representa la acogida en la rueda o torno de hospicios o iglesias, que permitía el abandono anónimo de niños para que fueran depositados y acogidos para su atención y reinserción social en instituciones con un propósito de caridad. La construcción del Hospital por parte de Brunellesco marca también el inicio del Renacimiento arquitectónico, una nueva concepción de formas y espacios para los niños institucionalizados y la aparición del concepto de ayuda fraterna, más allá de la simple caridad, para con el niño en situación de desamparo biológico, psicológico y social en lo que constituye la primera acción decidida por autoridades destinada a la protección del Derecho a la Vida de los niños. La Sociedad Chilena de Pediatría (SOCHIPE), en el Primer Artículo de sus Estatutos, destaca su compromiso de promover los derechos y el bienestar del niño y adolescente, a través de múltiples iniciativas; así, nuestro logo recoge y proyecta esta naciente concepción renacentista del niño como sujeto de derecho la que, lejos de haber sufrido cambios, se encuentra más vigente que nunca, considerando el sinnúmero de situaciones que los tiempos actuales interactúan poniendo en peligro el compromiso de proteger los derechos de los niños. INTRODUCCIÓN. La función de un logotipo consiste en capturar, en una imagen, la esencia de una organización por lo que generalmente incluyen un nombre y un símbolo para hacerlos más distinguibles. Un buen logotipo debe ser simple –con pocas imágenes, colores o fuentes-, único –para que pueda ser reconocido con facilidad- y flexible, para que pueda ser impreso en diversos colores y tamaños en una gran variedad de superficies. El logo es un elemento que representa constantemente a una organización y es por eso que las grandes empresas no lo cambian casi nunca y, si lo hacen, es esporádicamente y con mínimas modificaciones, como por ejemplo los logos de IBM, que desde hace más de 70 años casi no han tenido modificaciones o el de Coca Cola, casi igual desde 1886, como vemos en la figura siguiente. El logotipo de la SOCHIPE, la imagen de un niño envuelto en géneros desde el tronco a los pies,

9 con una expresión facial especial y las palmas en actitud de súplica, sobre un fondo tricolor festoneado, ha acompañado a sus socios por más de medio siglo; proviene de uno de los 14 (originalmente 10) bajorrelieves de terracota vidriada esculpidos por Andrea Della Robbia en 1463, que adornan el Hospital de los Inocentes u “Ospedale degli Innocenti” en la “Piazza della SS. Annunziatia”, en Florencia, Italia. La fecha exacta en que el logotipo hace su aparición oficial está en las sombras de los tiempos; sin embargo, debemos ubicarlo entre 1922, fecha de la constitución de la SOCHIPE, e inicios de 1926, donde lo encontramos impreso, por primera vez, en el Anuario 1925 del Hospital de Niños Manuel Arriarán, siendo SubDirector y Médico Jefe el Dr. Alfredo Comentz Löeffler, a la fecha miembro del Directorio y ex Vicepresidente, en tiempos en que la Academia y lo asistencial eran inseparables. Coincidentemente, la Academia Americana de Pediatría (AAP), en 1930, propone un logo muy semejante, que se modifica en 1940, haciéndose oficial sólo desde el año 1955, el cual se modifica levemente en 1962 y se mantiene hasta la actualidad La Sociedad Brasileña de Pediatría, fundada el 27 de Julio de 1910, también incorpora un logo semejante en el año 1936, sufriendo leves modificaciones en los años 1957 y 1968, para ser completamente cambiado el año 2018. En ambas instituciones, el origen declarado del logo es el mismo: en el caso de la APP, según lo relatan el Dr. Paul Beaven, historiador de la AAP (Pediatrics 1956; 17:765-769.) y el Dr. Lawrence Kahn (Pediatrics 2002; 110:175-180.); en el caso de la SBP, en su página web, en la sección Historia de la Pediatría Brasileña, en libro que resume los 110 años de vida institucional (https://www.sbp.com.br/flip/livro-110-anos-sbp/). En todos los casos, la imagen de este “Jesús – niño” representa la intención de protección a la infancia en desamparo. Cabe destacar que, para esas fechas, nuestro país era parte de la desaparecida “sección latinoamericana” de la AAP, o IX Distrito, el que a su vez comprendía 4 zonas o presidencias: zona sur, zona brasileña, zona bolivariana y Centroamérica. Periódicamente había reuniones regionales y cabe suponer que los logos institucionales fueran conocidos por todos los representantes de las zonas integrantes de este IX Distrito, así como por parte de la Directiva central en Estados Unidos. En Mayo de 1955, asiste invitado de honor a Chile el entonces Presidente de la AAP, Dr. Harry Bakwin (1893 – 1973), notable pediatra y coleccionista de arte, quien recientemente había publicado, junto a su esposa Ruth Bakwin, el clásico “Clinical Management of Behavior Disorders in Children” (Philadelphia, WB Saunders 1° Ed. 1953), y quién fue el encargado de aprobar oficialmente el actual logo de la AAP el 29 de Septiembre de 1955, a partir de una leve modificación del logo de 1940, obra del Sr. Leo Helmholt Junker, artista gráfico, primo del Dr. Helmuth Helmholtz, integrante de la Junta Directiva de la APP desde 1932, quien en 1939, siendo Presidente de la APP, solicita la modificación del logo existente por encontrarlo “poco representativo”. El Dr. Bakwin fue nominado Miembro Honorario de la Sociedad Chilena de Pediatría y dictó clases magistrales

10 sobre “Hospitalismo” y otros temas relacionados a los Derechos de los Niños. En 1956 fue presidente de este IX Distrito el Prof. Dr. Aníbal Ariztía Ariztía (1894 – 1986), nominado como uno de los grandes médicos impulsores de la Pediatría de inicios del siglo XX como se ilustra en la figura, mientras que era Delegado por la Rama Chilena de la AAP el Prof. Raúl Gantes Arestizábal, quién en ese momento era también el Secretario de Redacción de la Revista Chilena de Pediatría (RChP). Ese año aparece nuestro logo por primera vez en la RChP, hoy Andes Pediátrica, precediendo el índice general del volumen XXVII. Destacable es que gran parte de las presentaciones internacionales que se efectuaban por parte de los Profesores Pediatras nacionales invitados a exponer en diversos países, llevaban incorporados el logo o alguna de sus variantes, como por ejemplo, esta presentación de 1949 del Profesor Dr. Julio Meneghello Rivera (19112009), considerado uno de los fundadores de la Pediatría Social en nuestro país, que observamos en la figura. En 1999, junto con la decisión del traslado de sede institucional desde la esquina de Avda. Eliodoro Yáñez con Avda. Pedro de Valdivia, en Providencia, a su ubicación actual en Eduardo Castillo Velasco, Ñuñoa, la Junta Directiva decide establecer el fondo festoneado tricolor definitivo para el logo, como forma de imprimirle un carácter de orientación más nacional, diseñándose la insignia que ornamenta actualmente el monolito ubicado en el frontis de la actual sede, donado por Industrias Nestlé. En 2003, la Directiva decide unificar el diseño, que tenía muchas variantes hasta entonces, como se aprecia en la Figura, indicando que llevara inscrito el año de fundación de SOCHIPE, 1922, en la parte inferior y la frase “Sociedad Chilena de Pediatría” sobre el arco superior, manteniendo el festoneado tricolor de fondo, imagen que se mantuvo desde 2004 a 2011, en que se decide dar visión más moderna a la imagen del niño en actitud de súplica y dotarlo de líneas más simples, manteniendo las inscripciones previas. Es el logo que se mantiene hasta el día de hoy. Detrás de un logo, por lo tanto, existe una organización que se siente representada; tras las organizaciones existen propósitos e intenciones, que llamamos misión y visión; tras éstas existen personas, y, tras las personas, una historia. Este artículo pretende aclarar la historia que existe tras lo que representa un logo, para buscar entender el porqué de su elección por parte de aquellos 29 pediatras visionarios que, reunidos por Calvo Mackenna el 4 de Agosto de 1922, reunieron sus propósitos e intenciones en pro de la salud de niños y adolescentes, fundando las bases de nuestra Sociedad Chilena de Pediatría.

11 HOSPITAL DE LOS INOCENTES (Lo Spedale o L´Ospedale di Santa María degli Innocenti). Los hitos clásicos históricos que marcan el inicio del Renacimiento europeo son la caída del Imperio bizantino, la toma de Constantinopla por los turcos (1453) y el surgimiento de las primeras nacionalidades; entre los avances tecnológicos que marcan este cambio de época, se incluyen la invención de la imprenta (1474) que derriba la barrera a la difusión de la cultura; la brújula (1302), que vence la barrera que impone la geografía y la pólvora (1324), que vence la barrera que imponen las murallas de los feudos. Sin embargo, como fenómeno social, es la visión antropocéntrica de la vida la que destaca a este período, ya que el ser humano empieza a ser considerado el centro del quehacer divino y no un mero instrumento de paso como era la visión feudalista medioeval, que restaba importancia al hombre, en especial al niño, cuya muerte o sufrimiento, hasta entonces, era considerada una situación natural e inevitable. El Hospital de los Inocentes (figuras siguientes) es una construcción famosa y visita obligada en Florencia, Italia. Nace como una organización dedicada a acoger niños abandonados, cuyo nombre evoca a “los Inocentes”, niños de Belén menores de dos años, mandados a asesinar por Herodes cuando se entera que ha nacido el futuro rey de Israel (Mateo 2:16-18). El origen del apellido Innocenti y sus variantes deriva de instituciones como el Ospedale que, a partir de éste, se extenderían por toda Europa. El 19 de Marzo de 1294, el Consejo General de la entonces República Florentina nomina al Patronato de los Mercaderes de la Seda (L’Arte della Seta), como protectores y educadores de los niños abandonados de la ciudad. Siguiendo este mandato, el 8 de Abril de 1419 el Patronato da inicio a la construcción de este Ospedale, con presupuesto inicial de 1.000 florines donados por el comerciante y filántropo Francesco di Marco Datini. Llama la atención que se eligiera para este propósito, deliberadamente, a una institución laica en vez de una organización religiosa o directamente a la Iglesia, probablemente debido a la orientación de compromiso social, humanitario, que se le da a la protección de la infancia en ese momento, más allá de considerarla una obra de caridad o propio de una institución, sino más bien a un colectivo comunitario. Ubicado junto a y formando parte de la plaza de la Santísima Annunziata (creada en 1252), se establece su dedicación exclusiva para al cuidado de estos niños "…quienes son comúnmente llamados expósitos…cuyos padres y madres, contra la ley y la naturaleza humana, los han abandonado". Filippo di Ser Brunelleschi Lippi, conocido como Brunelesco (1377 - 15 de Abril 1446), miembro de este Patronato desde 1404, hizo el diseño y dirigió personalmente la obra como “capomaestro” hasta 1427, innovando el esquema del antiguo hospital medioeval dando origen a un nuevo modelo, el que se transformó en el ejemplo característico de la construcción renacentista. Posterior a 1427, Francesco della Luna

12 se hace cargo de las obras, a quien se ha atribuido la construcción del segundo piso de la fachada, finalizando su construcción Jacopo Rosselli, el 24 de Enero de 1445, año en que inicia sus funciones con la acogida de los primeros 62 niños, la primera de las cuales ingresa el 5 de Febrero de 1445, para Santa Ágata, por lo que fue bautizada como Ágata Smeralda. Los años siguientes, el número de niños que recibió fue muy significativo: en 1454 se contaba con 260 niños, en 1511 con 1200 y para 1660 se refiere entre 3.000 y 4.000 menores, a lo que hay que sumar al personal encargados de cuidar, educar y proteger a estos menores. En el pórtico, a base de arcos, se refleja el sistema de proporciones en que se basa la arquitectura brunellesquiana, pues el ancho del vano y del pórtico es igual al alto de las columnas, con lo cual se forma un cubo que se repite nueve veces, ofreciendo una amplia comunicación al exterior y hacia la plaza, como se observa en las figuras. Esta disposición lo diferencia de los “ospedali”, la visión medioeval del hospital, más cercano a los monasterios, cerrados, con escasa circulación de gente. En contraposición, Brunelesco levanta esta nueva característica de apertura, más cercana a la concepción actual del hospital, con una amplia comunicación al exterior a través de los arcos del pórtico o “loggia”, que permite el libre desplazamiento de familiares, visitantes y trabajadores dedicados al cuidado de los niños, en forma tal, que el pórtico se comunica e integra en un todo con la plaza en la que se ubica. A su vez, permite que el niño tenga amplios espacios de esparcimiento y contacto con el exterior, desarrollándose el concepto de “ospedale”, o su diminutivo “spedale”. Este cambio traduce y es concordante con las corrientes de pensamiento de la época que ya empezaban a distinguir la condición de los niños y adolescentes como un ser independiente, con derechos propios, diferentes a los de los mayores de edad. Las columnas son de tipo corintio, adornadas, en cada espacio que dejan los arcos y cornisa (“enjutas”), con medallones en terracota policroma (tondos) ejecutados por Andrea Della Robbia, entre 1463 y 1466, que representan a bebés-querubines en actitud de súplica, que visten simbólicamente la ropa elaborada por quienes eran los encargados de velar por los niños abandonados en ese entonces, los Mercaderes de la Seda de Florencia, a la usanza de la época, siendo éstos la principal obra del artista. Las figuras muestran detalles de estos tondos y los que posiblemente sirvieron de modelo para los logos de la Sociedad Chilena de Pediatría (a la izquierda) y a la AAP (a la izquierda el único tondo con la imagen con los pies descubiertos). Probablemente, solo los 10 medallones centrales son su obra y fueron montados recién en 1487, cuarenta años después de la muerte de Brunelleschi. Los restantes 4, dos pares en los extremos de la loggia, fueron instalados en 1845, durante ampliaciones posteriores. En el extremo derecho del pórtico se ubicaba una especie de cuenca próxima a una ventana amplia que comunicaba a una sala, donde una dama hacía turno esperando la llegada de algún niño abandonado, cuyo primer llanto avisaba su

13 presencia; este sistema duró hasta 1660, año en que se construye la famosa “rueda” o “torno” en la que eran depositados los niños, ubicada ahora en el extremo izquierdo del pórtico, sistema que dura hasta 1875. La inscripción, en lo alto de este pórtico, corresponde al Salmo 26 de la Biblia en latín y dice “Pater et mater reliquerunt nos, Dominus autem assumpsit”, o sea “nuestros padres y madres nos han abandonado; el Señor, al contrario, nos ha acogido”. Al girar esta rueda, el niño ingresaba a un mesón, en el que la imagen de José y María dejaban el espacio exacto en que encajaba este mecanismo haciendo que, al menos por unos instantes, el menor abandonado ocupara el lugar de Jesús-niño Al pie, lleva una inscripción que señala: “Esta fue, por más de 4 siglos, hasta 1875, la rueda de los Inocentes, refugio secreto de la miseria y vergüenza para aquellos a quienes la caridad nunca les cerró las puertas”. Muchos artistas, entonces famosos, contribuyeron a su construcción y ornamentación, como los ya nombrados Luca y Andrea della Robbia, il Rossellino (1427 – 1478/1481), Filippo Lippi (1406 – 1469), Giuliano da Sangallo (1445 – 1516), Piero di Cosimo (1462 -1521) y Domenico Ghirlandaio (1449–94), quien expone su obra maestra, la Adoración de los Magos (1485-1488), como homenaje de la ciudad completa hacia los niños, como vemos en la figura. La Adoración de los Magos fue encargada el 28 de octubre de 1485 por Francesco di Giovanni Tesori, prior del Ospedale degli Innocenti, quien firmó un contrato detallado con Ghirlandaio con respecto a la comisión de un retablo para el altar mayor de la iglesia anexa de Santa Maria degli Innocenti. El tema escogido era común en el arte florentino del siglo XV. El contrato especificaba que el maestro debía pintarlo personalmente (para evitar el uso frecuente que hacía de su taller), según un dibujo aprobado por el comisario y utilizando colores “preciosos”. El trabajo tendría que ser completado en treinta meses, por un precio de 115 florines. Esta escena amplía innovaciones anteriores de Sandro Botticelli, en la Adoración de los Magos de Iglesia de Santa María Novella (c. 1475), y en la Adoración de los Magos de Leonardo da Vinci (1481-1482). La Madonna ocupa posición central dentro de una composición piramidal. El Niño está levantado para ser visto por los Magos y los demás espectadores. Dos Magos están colocados en la base de la composición, uno da un beso el pie del Niño, y el otro se arrodilla con su mano en el pecho. Un tercer Mago queda en la izquierda, vestido con manto amarillo y rojo, llevando un rico cáliz decorado. Según la tradición, representan tres edades diferentes de hombre: juventud, madurez y vejez. A su lado, agachados, están San Juan Bautista, que mira al espectador y (en consonancia con el tema contemporáneo) apunta al Niño; y San Juan Evangelista, presentando un niño herido. Otro niño, como homenaje a los huérfanos (innocenti) cuidados por el Hospital, está en el lado opuesto. También se refiere a ellos la escena de la Matanza de los Inocentes representada en el fondo a la izquierda. Los tradicionales buey y burro rodean a la Virgen, junto con San José. La cabaña incluye una pared de ladrillo inacabada, símbolo de la disminución de paganismo, para ser reemplazado por el cristianismo. El techo se mantiene con cuatro columnas decoradas con candelabros y dorados capiteles corintios. Encima, cuatro ángeles aguantan una cartela con un tetragrama con las notas y las primeras palabras de la “Gloria in excelsis”. Ghirlandaio pintó en el primer plano de la izquierda una serie de caracteres, entre los cuales están el dinante (vestido de negro), y el mismo artista, que mira hacia el espectador. A la derecha, en la procesión de los Magos, están tres ricos donantes, que han sido identificados como miembros principales del Arte de la Seda, principal soporte financiero del Hospital. Por encima de ellos, la procesión continúa en el fondo lejano, pasando bajo un arco (con la fecha, MCCCCLXXXVIII, o 1488) otro posible símbolo del fin de la transición entre paganismo y cristianismo. Los cinco caballos fueron pintados a partir de dos esbozos, añadiendo pequeñas variantes a las cabezas. El mismo sector del fondo representa la anunciación a los pastores

14 por un ángel. Finalmente, pintados encima de un paisaje con lago, con barcos entre montañas, un laico y un clérigo observan la escena, simbolizando las principales instituciones que sostienen al Ospedale. Finalizado el Patronato en 1775, fue administrado hasta 1814, por una Comisión especial para el Ospedale, creada por el gobierno francés. Desde 1862 su administración se separa del gobierno imperante quedando en manos de un Concilio Administrativo operativo hasta 1888, año en el cual de procede a la elección de un Secretario General. Desde 1890 adquiere la figura de Instituto de Asistencia Pública y Beneficiencia, administrado por un Concilio en que concurren representantes de la región Toscana, de la Provincia y de la comuna de Florencia, dirigida por un Presidente. Posterior a la inundación de 1967, fue restaurado completamente gracias a aportes de múltiples instituciones, devolviéndole muchas de sus características originales. Desde 1988 alberga al Centro de Investigación Innocenti, principal entidad investigativa de UNICEF (creada en 1947), fundado para mejorar los conocimientos de los derechos de la infancia a nivel internacional y promover la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (1959) en países industrializados y en desarrollo. Desde el 2002 una reforma de estatutos ha permitido crear la figura de un Director General. En la actualidad funciona también un Museo Histórico sobre este tópico y de arte relacionado a la niñez. Con el nombre de la primera niña recibida en L´Ospedale, Ágata Smeralda, se creó en 1991, en Brasil, tras la visita del Papa Juan Pablo II, una ONG de proyección internacional, cuya sede está actualmente en Florencia desde 1992, encargada de velar por niños abandonados y víctimas de la violencia; desde Brasil a Costa de Marfil, India, Congo, Israel, Jordania, Nigeria, Sri Lanka, Albania. Especialmente en Brasil, donde se encarga de la protección de niños con discapacidad (no videntes, parálisis cerebral), hijos de detenidos y madres presidiarias, niños víctimas de abuso o violencia, abandonados y en riesgo biosocial, a través de acciones directas, apoyando diversas instituciones y facilitando su reinserción familiar, social o adopción (www.agatasmeralda.org ). Así, el Hospital de los Inocentes constituye todo un hito desde varios aspectos. Primero, es la más antigua construcción conocida dedicada

15 específicamente y en forma continua al cuidado, educación y formación de niños. En segundo lugar, los historiadores de la arquitectura lo identifican como la primera estructura verdaderamente renacentista, siendo además la primera comisión de Brunelesco, el extraordinario arquitecto, matemático e ingeniero del naciente Renacimiento italiano. Adicionalmente, la construcción en si misma y el como se gestó su inicio, representan un hito social y cultural fundamental del Humanismo durante el “quattrocento” que hace concreto el pensamiento renacentista. Además, queda su proyección en organizaciones que promueven, defienden y velan por los derechos de los niños, como el Centro de Investigación Innocenti (UNICEF) y la Fundación Ágata Smeralda, entre muchos otros. El “Bambino” o el “Innocenti”. Andrea Di Marco Di Simone Della Robbia (20 ó 24 de Octubre 1435, Florencia – 4 de Agosto de 1525, Florencia), es adoptado por su tío Luca Della Robbia (13991482), famoso escultor florentino, junto a sus cinco hermanos cuando, en 1448, su padre, Marco, fallece prematuramente. Andrea es el principal seguidor de la actividad de su tío Luca, quien le enseña el arte de la escultura y todos los secretos de la tierra cocida, hoy conocida como terracota vidriada, debido a un proceso de cocido y esmaltado inventado por Luca. Mientras Andrea trabaja en el taller familiar, recibe un sinfín de encargos que le convierten en el verdadero protagonista del mismo; ese protagonismo provoca los celos del tío que lo deshereda en su testamento (19 de febrero de 1471) porque considera que el joven ya posee bastante riqueza pues ha aprendido "un arte muy remunerativo, fruto de su ingenio y de sus enseñanzas, que le aporta fáciles honores y notables ganancias ". Sin embargo, a la muerte de su tío en 1482, se hace cargo de la familia y el taller. Su principal trabajo (1463-66), fueron los “tondos” o rodelas de terracota que adornan el Hospital de los Inocentes que apreciamos en las figuras y que se han convertido en el símbolo del humanismo renacentista y de la percepción de los niños como sujetos de derecho. Andrea tuvo varios hijos, de quienes Giovanni (1469 – 1529/1530), Girolamo (1488 – 1566), Luca el Joven (1475 – 1550), Marco (1458 – 1534) y Pierfrancesco (1477 – 1528) son los más conocidos. Giovanni ejecutó las relevaciones famosas para el Ospedale del Ceppo, Pistóia y quién mantuvo en funciones el taller posterior a la migración de sus hermanos a Francia. Las teorías sobre el diseño que Andrea realizó para la confección de los “bambini”, sus motivaciones y la simbología que proyecta son parte de la historia desconocida de esa época; sin embargo, se puede destacar el aspecto angelical de las formas, el aparente buen estado nutricional que destacan y el gesto amable en la mirada junto al de solicitud expresada en sus brazos. Se puede especular que representan a Jesús-niño, expresando gestos de confianza en quienes lo están acogiendo y protegiendo, pero a la vez de solicitud de apoyo ante el abandono. Las libertades creativas de Della Robbia se observan también en el vestuario; los ropajes que cubren al niño son el reflejo de la moda de la época que, con distintos argumentos a los que entregamos hoy, se usaba envolver a los menores de tres meses por completo, dejando solo la cabeza al descubierto; era inhabitual que los niños mayores siguieran fajados. Desde tiempos bíblicos (Lucas 2:7) se destaca la usanza de envolver a los niños para “protegerlos de las inclemencias del tiempo, de los desechos fisiológicos y favorecer su crecimiento”. Sin embargo, el bambino aparenta más de tres meses, pareciera de alrededor de 12 a 18 meses y la expresividad y gestualidad también representan a un niño mayor. Como sea, Della Robbia consigue el propósito de obtener la simpatía, encantamiento, por parte del observador y reflejar la importancia que adquiere el niño en el naciente Humanismo renacentista, destacándole características que le confieren atributos de “persona”: expresividad, sentimientos y necesidades. CONCLUSIONES. Puede cerrarse esta historia con la frase de Décimo Junio Juvenal (55 – 138 DC), célebre moralista y escritor latino, la que en algún momento formó parte de nuestra insignia: “Maxima debetur puero reverentia", ”Todo niño merece el máximo respeto”, (Sátiras, XVI, 47), frase en la que se inspiraron los pensadores del Renacimiento, que retoman el conocimiento greco-romano en su visión del hombre. Esta historia, que trata del rescate del concepto de protección a la infancia, lentamente se extiende por Occidente a partir de L´Ospedale, que no solo representa un cambio de paradigma arquitectónico, sino también conceptual frente al retorno del humanismo que caracteriza el Renacimiento en general, y el florentino en particular. Esta es la historia detrás de un logotipo, el que tiene el propósito de representar aquellos valores que nuestros predecesores, fundadores de la Sociedad Chilena de Pediatría reunidos por el Prof. Luis Calvo Mackenna hace 103 años, tuvieron como ideario,

16 visión y misión: proteger a la infancia. Las formas de lograr ese propósito, característica de la Pediatría, pueden ser muchas. Sin embargo, si no se piensa en niños y adolescentes como sujetos de derecho, como continuadores de un proyecto histórico humano, independiente, aunque complementario con puntos de vista espirituales, toda acción en su favor puede verse como una simple obligatoriedad contractual o acciones paliativas o caritativas. Se requiere de una acabada formación humanista e integral para que se nos permita comprender todo el panorama de la niñez y su evolución para enlazarlo con un destino y una meta históricos. Ese es el mérito de L’Arte della Seta, del pensamiento humanista característico del Renacimiento, que se traduce en políticas y acciones concretas decididas a proteger a los niños y que Della Robbia representa magníficamente en sus “tondos”. Así, a toda la capacidad organizativa y los méritos académicos que demostraron aquellos 29 ilustres pediatras fundadores, debe sumarse, en justicia, el gran mérito de haber elegido una insignia con tan importante simbolismo, haciendo de la historia del logo la historia del desarrollo de una capacidad humana fundamental: el amor por los niños y nuestros semejantes.

17 BIBLIOGRAFÍA 1.- Vargas N. Historia de la Pediatría en Chile: crónica de una alegría. Ed. Universitaria, primera edición, Santiago de Chile, 2002. 2.- Kahn L. The "Ospedale degli Innocenti" and the "Bambino" of the American Academy of Pediatrics. Pediatrics 2002; 110;175-180. 3.- Beaven P. The origin and significance of the Academy’s della Robbia insignia. Pediatrics 1956; 17:765–769. 4.- Ariztía A. La sección latinoamericana de la AAP: El Distrito IX. Rev Chil Ped 1957; 28: 468-469. 5.- Barrera F, Moraga F, Escobar S, y col. Participación de la madre y la familia en la atención del niño hospitalizado: análisis histórico y visión de futuro. Rev Chil Ped 2007; 78: 85-94. 6.- Gavitt P. Charity and children in Renaissance Florence. Ann Arbor, MI: The University of Michigan Press, 1990 7.- Viazzo P, Bortolotto M, Zanotto A. Abandoned Children. En: Panter-Brick C, Smith M, eds. Five Centuries of foundling history in Florence: Changing patterns of abandonment, care and mortality. Cambridge, UK: Cambridge University Press; 2000. 8.- Argan G. The architecture of Brunelleschi and the origins of perspective theory in the Fifteenth Century, J. Warburg and Courtauld Institutes 1946; 9: 96-121. 9.- Baron J. Art in hospitals. J R Coll Phys 1995; 29:13144. 10.-Pita A. Historia de la Verdad en Medicina. Talleres Gráficos Argentinos, Bs As, 1947. 11.- Lamas T. Historia de la Medicina: hechos y personajes. Edit. Mediterráneo, primera edición, Santiago de Chile, 2004. 12.- De Tezanos Pinto S. Breve historia de la Medicina Universal y notas sobre historia de la Medicina chilena. Edit. Universitaria, segunda ed.n, Santiago de Chile, 1987. 13.- Buford N, Ballabriga A, Kretchmer N editores. History of Pediatrics 1850 – 1950. Nestlé Nutrition Workshop Series 22. Raven Press, New York, 1991. 14.- Schonhaut L: El rol de la Pediatría del Desarrollo en el control de salud integral: hacia la Pediatría del siglo XXI. Rev Chil Pediatr 2004; 75: 9-12. 15.- Moraga F, Saieh C, Quezada A. Respuestas a la audiencia con el Comité Asesor Presidencial de Políticas para la Infancia. Rev Chil Pediatr 2007; 78 supl 1: 51-56.

18 El 2 de noviembre 1963 fue derrocado el presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem, por algunos de sus propios partidarios; siendo luego asesinado. Creo que en esos años en Chile casi nadie se enteró de la noticia y muy pocos deben haber conocido de la existencia de ese país. Yo preparaba el examen de bachillerato para ingresar a la universidad. El examen era diferente según se rindiera en la Universidad de Chile o en la Universidad Católica; esta última incluía entre las pruebas una de Cultura General, por lo que hacía tres años que mi padre me hacía leer diariamente las noticias internacionales de El Mercurio y no recuerdo haber visto esa noticia; es más, ni siquiera sabía de la existencia de ese país. Veinte días más tarde asesinaron en Estados Unidos al presidente John Kennedy, asumiendo el vicepresidente Lyndon Johnson. Lo supe alrededor de las 5 de la tarde del mismo día, cuando se subió al bus un vendedor de diarios vociferándolo y ofreciendo un suplemento extraordinario del diario con los pormenores de los hechos recientemente ocurridos. La noticia dio de inmediato la vuelta al mundo conmocionándolo, como era de esperar. Unas tres semanas más tardes recaló en Valparaíso el buque escuela Jeanne d´Arc y mi padre nos llevó a visitarlo para que practicáramos el francés, enseñado por las monjas en el colegio. Una vez a bordo, se acercó a mi hermana y a mí un joven que no nos llamó la atención ni por su fisonomía ni por nada extraño en su acento, quien pronto nos dijo “Je suis cambodyan”. Mi hermana me comentó con extrañeza “Dice que es camboyano”, pero esa traducción tampoco nos decía nada pues no sabíamos qué “atributo” sería ese ni a qué se estaba refiriendo. Acercándose, mi papá lo trató de aclarar diciendo que era la Indochina Francesa, lo que fue refutado por el joven que afirmó que Camboya no era Indochina ni tampoco francesa. Mi padre nos recordó la expresión española que nosotros conocíamos “está en la Cochinchina” para referirse a algún lugar desconocido, muy lejano y exótico y nos dijo que Camboya estaba al lado. Y como el asunto le pareció interesante, lo invitó a llevarlo a dar un paseo en auto para conocer la ciudad y tomar té en nuestra casa. Fue la visita más extraña e interesante que hubiéramos recibido nunca: nos dijo que era budista -jamás habíamos conocido a alguien que lo fuese- y que su padre era mandarín- lo que despertó el enojo de mi mamá porque ¡cómo se nos había ocurrido invitar a un noble a nuestra casa que era común y corriente! -. Salió luego en la conversación el tema que yo estaba a punto de dar los exámenes para entrar a estudiar medicina, lo que no los tenía muy contentos pues eran muchos años en que obligadamente tendría que vivir en otra ciudad. Allí el asombro fue del visitante, que quedó atónito sin poder imaginar que un hijo pudiese hacer algo que no aprobaran su padre; los míos le explicaron que una decisión de esa naturaleza correspondía tomarla a los hijos. Nos dijo que su hermano mayor estudiaba medicina porque eso era lo dispuesto por su padre, que él estaba en la marina camboyana por igual razón y lo mismo sucedía con su hermano menor, que estudiaba otra carrera. A la pregunta acerca del matrimonio nos respondió que los contrayentes se casaban de acuerdo con lo que disponían sus progenitores, que él se casaría algún día con la joven que habían acordado los padres de ambos cuando ellos eran niños, lo que no era tema objetable. El buque zarpó y nuestro agradecido invitado continuó viaje enviando una postal de algún otro puerto; al llegar a Nueva York -debe haber sido febrero de 1964- recibimos sus noticias diciendo que había sido notificado que un país vecino, Vietnam, había entrado en guerra, por lo que él debía interrumpir su viaje y tomar un avión para regresar a Camboya y cuidar la frontera para evitar que la guerra se expandiera allá. El diario no publicó noticia alguna al respecto. Por mi parte, me informé por el Almanaque que el Reino de Camboya había sido una de las colonias del sudeste asiático que formaba parte de Indochina Francesa junto con Laos -al norte- y Vietnam -al este-. El río Mekong, que nacía en el Himalaya, dirigiéndose hacia el sur pasaba por esos tres países desembocando en el Mar de China Meridional en un recorrido de 4.300 kilómetros. El censo realizado en Camboya en 1950 mostraba que su población era de 4.073.967 habitantes. También los ingleses tenían colonias en Indochina; Camboya ACERCA DE INDOCHINA Y LOS NIÑOS DE CAMBOYA Carmen Noziglia del Nido

19 limitaba con una de ellas, Siam (actual Tailandia); a partir de 1956 se había hecho conocida gracias a la película de Yul Brinner “Ana y el Rey de Siam”. En 1954, tras la derrota de Francia en la batalla de Dien Bien Phu, en Vietnam, se realizó una Conferencia de Paz en Ginebra que estableció la independencia de Camboya y de Laos y la partición de Vietnam en dos estados separados por el paralelo 17: al norte la República Democrática de Vietnam, capital Hanoi (presidente Ho Chí Minh) y, al sur, el Estado de Vietnam, capital Saigón (emperador Bao Dai y primer ministro Ngo Din Dienh, asesinado en 1963). A fines de los años 60 las noticias comenzaron a informar de la guerra de Vietnam en el marco de la Guerra Fría. Vietnam del Norte, con un régimen comunista, pretendía lograr su unificación con Vietnam del Sur, que tenía un régimen pro occidental, apoyado por Estados Unidos. En 1968 Vietnam del Norte lanzó la ofensiva del “Tét” contra los norteamericanos y el gobierno del sur. Para alcanzar Saigón, el ejército del norte pasaba a través de Camboya, que se declaraba país neutral; en consecuencia, Estados Unidos comenzó a bombardear en todo su largo la frontera con Camboya, adentrándose más tarde hacia los campos y aldeas de ese país, pues se suponía que aportaban alimento y jóvenes a las fuerzas irregulares de Vietnam del Norte a los que se unían los jóvenes de Vietnam del Sur que deseaban la unificación del país, llamados en su conjunto el “vietcong”. En 1973, los Acuerdos de París, destinados a poner fin a la guerra, establecieron el alto al fuego más la salida de las tropas norteamericanas y la soberanía de Vietnam del Sur tal como lo habían establecido los Acuerdos de Ginebra. Sin embargo, una vez que se fueron los norteamericanos, los guerrilleros del vietcong continuaron su avance sobre Vietnam del Sur. El 30 de abril de 1975 cayó Saigón, es decir fue tomado por las Fuerzas del Frente de Liberación de Vietnam y por las fuerzas armadas de Vietnam del Norte (RDVN). Camboya, por su parte, era un reino centenario que después de finalizada la ocupación francesa había sido gobernado por el príncipe Sihanouk y por un parlamento; el príncipe había ido acercándose cada vez más a Pekín y cuando fue destituido por el parlamento en 1970, se exilió en China. Desde 1972 gobernaba el político y militar Lon Nol, pro occidental. En 1975 comenzaron a llegar noticias muy confusas sobre Camboya. Estaban relacionadas con la entrada del Ejército de Liberación o Khmer Rouge. La palabra Khmer se refiere a la cultura desarrollada en Camboya desde el siglo IX y se dio el nombre de khmer rojos a los camboyanos que habían comenzado a pasar a Vietnam del norte a partir de los acuerdos de Ginebra de 1954; también se los llamó “khmer-vietminh” por vivir en el Vietnam gobernado por Ho Chi Minh. Occidente no comprendía si las fuerzas que habían ocupado Camboya, procedentes de Vietnam, tenían orientación china o soviética y qué ocurría realmente. Se trataba principalmente de jóvenes revolucionarios que avanzaron luchando a través del país hasta llegar a la capital Phnom Penh el 18 de abril de 1975, a la que entraron sin encontrar resistencia pues sus autoridades la habían abandonado poco antes. Comunicaron a la población que la ciudad iba a ser bombardeada por la aviación norteamericana por lo que debían abandonarla de inmediato dirigiéndose hacia el campo, consiguiendo así que ésta quedara sin habitantes en dos días. Los ancianos y enfermos de los hospitales también debieron hacerlo. En las rutas de salida de la ciudad se separó a profesores, otros profesionales, militares y a todos quienes sabían hablar francés o inglés y se los llevó a un campo cercano donde se les obligó a cavar enormes “piscinas” que luego rellenaron ocupándolas con sus cuerpos, que a continuación eran cubiertos con la misma tierra que habían extraído durante la excavación; no utilizaron balas (años después se recuperaron algunos cráneos y se colocaron dentro de una gran vitrina con forma de pirámide, clasificados según rango de edad y sexo; con cierta frecuencia se veían fracturas y signos de haber sido golpeados por un elemento contundente, que parece haber sido un hacha). Desde 1976 si algún detenido parecía tener información de interés, era llevado en Phnom Penh a un antiguo colegio transformado en prisión, Tuol Sleng, donde era interrogado y torturado. De acuerdo con grabaciones realizadas algunos años después de los hechos por quienes decían haber efectuado tales acciones, ellos relataban haber sido niños o niñas cuando las realizaron y haber estado absolutamente convencidos de que actuaban por el bien de su país, si bien en el presente estaban horrorizados y profundamente arrepentidos de su actuar. Dichas grabaciones estaban en el museo señalado para ser escuchadas por los visitantes. Dentro de la información para el visitante se mencionaba que mientras menos edad tenía el niño, menos se cuestionaban los procedimientos y mayor era su rigurosidad.

20 En las paredes de la antigua escuela estaban colocadas las fotos, el nombre y la edad de cada una de las víctimas; en vitrinas había algunos cráneos, que a veces dejaban ver la muesca producida por los elementos de torturas. La visité el año 2004, pero no podría asegurar de que los huesos continúen en exposición porque en todo el mundo, por respeto al ser humano, sus restos mortales se han ido retirando de los museos. Las personas que pasaron los controles de identidad ubicados en las carreteras sin mayor problema, fueron destinadas a trabajar el campo en forma colectiva. Gran parte de ellos falleció en forma relativamente natural por la escasez de alimentos, tipo de trabajo realizado y enfermedades que no podían ser tratadas por falta de médicos, medicamentos y hospitales. Adultos jóvenes y niños desde que eran capaces de utilizar un cuchillo y cargar un fusil, fueron entrenados y debieron formar parte de una guerra contra Vietnam, que aparentemente deseaba expandirse a expensas de Camboya y que parece haber durado varios años. La pérdida de vidas por esta causa fue enorme y no ha podido ser cuantificada. Si se suma la cantidad total de fallecidos por las causas mencionadas u otras durante ese período, se estima entre uno y tres millones de personas de todas las edades, de un total aproximado de unos seis millones de habitantes iniciales. Camboya es uno de los países más pobres del mundo. Me parece muy extraña e increíble la evolución que ha seguido la curva de esperanza de vida al nacer durante los últimos sesenta años. En 1964 (año en que en mi casa supimos por nuestro amigo del inicio de las hostilidades en Vietnam que involucraban las fronteras con Camboya) la esperanza de vida en Camboya era de 44 años, cifra que marca la esperanza de vida más alta alcanzada hasta entonces en ese país. Durante los diez años siguientes, en coincidencia con la guerra en el vecino país Vietnam, comenzó a disminuir de manera “relativamente lenta” en Camboya hasta los 39 años, en 1974. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación fue una catástrofe, produciéndose una disminución de la esperanza de vida al nacer a tan solo 12 años en 1975, al igual que en 1976, valor realmente insólito; dicho descenso abrupto se produjo durante la llamada “guerra de liberación” de Camboya, a partir de la toma de su capital Phnom Penh. En los años siguientes la esperanza de vida comenzó a aumentar hasta los 56 años en el año 2000 y 67 el 2010, ocupando en la actualidad el puesto 124 respecto de los 194 países que lo publican (datos del Banco Mundial). Su tasa de alfabetización es de 83,7 por ciento (UNESCO). “Museo del genocidio TUOL SLENG” (traducido parcialmente del inglés¨) niños a cargo En la actualidad, cuando han pasado 50 años de los hechos relatados y los niños que sobrevivieron a esa época deben ser abuelos, he leído sobre la enorme cantidad de niños huérfanos entregados en adopción, principalmente a padres de países occidentales. No se cuán efectivas sean dichas noticias, pero si lo fueran ¿qué relación tendrían con los hechos relatados, con la pérdida de vidas en general, con la pobreza que se agravó durante esos años por los cambios en la agricultura, con la pérdida de educadores, de otros profesionales y técnicos y de otros estratos medios? ¿o con la descalificación de los monjes budistas que fueron desacreditados como personas no útiles y enviados a labrar la tierra? ¿o con esos niños que fueron separados precozmente de sus padres para ser enviados a la guerra, o aún peor, a cumplir funciones deshumanizadoras en el que había sido quizás su

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