GLAUCOMA

158 Tratamiento médico del Glaucoma llevar a una subestimación de la PIO, mientras que las corneas más gruesas, pueden llevar a una sobre estimación de la PIO38. Existe evidencia demostrando que las corneas más delgadas están asociadas a mayor riesgo de glaucoma, especialmente en poblaciones de hispanos y raza negra39. Fig. 9. COVID-19 Y TELE-GLAUCOMA El efecto del COVID-19 en la práctica clínica ha sido sin precedentes. En particular, los oftalmólogos y sus pacientes, estaban en un aumentado riesgo potencial de contagio, debido a la proximidad entre ellos durante el examen oftalmológico. La continuidad del cuidado de los pacientes con enfermedades crónicas, como el glaucoma, fueron abruptamente interrumpidos. Una prioridad inmediata, fue clasificar los pacientes por su riesgo relativo de desarrollar daño visual irreversible por glaucoma, comparado con el riesgo potencial de morir por COVID-19. Sin embargo, el mayor reto, fue diseñar un modelo de evaluación para el glaucoma. Algunas herramientas, de toma de decisiones que los médicos han utilizado para identificar pacientes en alto riesgo, que necesitan un seguimiento en persona son40-41-42: 1. Aumento de la severidad de la enfermedad. 2. Ojo único. 3. Presencia de comorbilidades sistémicas u oculares. 4. Acelerada tasa de progresión del glaucoma. 5. Cirugía Intraocular en los últimos 3 meses. Con la capacidad de las clínicas drásticamente reducidas para seguir las reglas de distanciamiento social, los oftalmólogos rápidamente adoptaron la práctica de la telemedicina, para cuidar a sus pacientes. Por ejemplo, el control post operatorio sin complicaciones, así como las consultas de especialidades que se encargan de patologías externas, como oculoplástica, neuro oftalmología, u oftalmopediatría, mudaron a video conferencias de consulta, en lugar de visitas en persona. Los pacientes con glaucoma estable, que requieren imágenes de control en periodos regulares, realizaron visitas de solo imágenes, para posteriormente consultar con su oftalmólogo vía virtual41-43. Adicionalmente, algunos centros adoptaron la toma de PIO “al paso”, con estaciones donde los pacientes con glaucoma estable, y sin recientes cambios en su visión eran invitados a participar. La PIO, se mide utilizando un tonopen, que requiere el uso de gotas de anestesia, o con el tonómetro iCare, que no necesita el uso de anestésico. Después, el médico puede conversar con el paciente vía teleconferencia, y determinar si es necesario hacer algún cambio en el tratamiento44-45. Mientras que el COVID-19 ha afectado dramáticamente la práctica clínica, también ha servido como estímulo para nuevas e innovadoras modalidades de telemedicina. Figura 9. La imagen de la izquierda muestra un delgado espesor corneal central, medido con OCT en un paciente hispano masculino. La imagen de la derecha, muestra el correspondiente análisis de la capa de fibras de la cabeza del nervio óptico, que demuestra pérdida en la CFNR, correspondiente a cambios glaucomatosos.

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