Boletín HCSBA
octubre 2020. Volumen 19 - N ° 78 embargo, no es aconsejable que tengan acceso o se vean expuestos a noticias, redes sociales o imágenes que puedan aumentar su ansiedad y confusión. Es decir, deben manejar la información, pero en su justa medida. • Los niños que hacen más berrinches de lo habitual, se muestran desafiantes o se comportan de manera nerviosa, pueden en realidad sentirse ansiosos. Cuando un niño se siente sobrepasado, aburrido, ansioso, enojado, o algo no entiende, es muy común que lo veamos más inquieto, más demandante, porfiado, irritable o lloroncito. Los adolescentes pudieran verse más sensibles, oposicionistas y ensimismados. Elija un momento tranquilo y sin distracciones, pregúnteles suavemente cómo se sienten, o si algo anda mal y asegúrese de responder a los arrebatos de una manera calmada, constante y reconfortante. Ciertamente esto puede ser un desafío, pero si no los abordamos con calma, solo aumentaremos la tensión y reforzaremos la conducta o la actitud que estamos intentando corregir y comprender. • ¡Mantener una actitud positiva!. Es importante explicarles que esta situación puede tomar tiempo y que no es fácil para nadie, pero que se están tomando medidas, que el virus está siendo estudiado por científicos para entenderlo mejor, buscar medicinas, vacunas y para que menos personas se enfermen. Lo anterior transmitiendo un mensaje de seguridad y confianza en que lo que ocurre va a mejorar y pasar. Hacer hincapié en lo positivo de pasar más tiempo en familia y en poder hacer actividades juntos. Con los niños pequeños se puede hablar de “superpoderes” que adquirimos al lavarnos las manos y hacer espumita, o el escudo protector que nos brinda usar mascarilla, por ejemplo. • Se sugiere intentar mantener rutinas diarias o crear nuevas, con horarios y actividades previsibles. ¡Esto es tremendamente importante!, pues disminuye la ansiedad y la expectación de lo que viene durante el día al hacerles el día más predecible. Mantener horarios de estudio, comidas, sueño, higiene y juego. Intentar que descansen y duerman ojalá más que lo habitual. Darles obligaciones según la etapa del desarrollo en la que esté el niño, niña o adolescente (como recoger la mesa, alimentar la mascota, hacer su cama, etc), y solicitarles que cooperen acorde a sus capacidades, reforzando el sentido de apoyo en familia. No debemos dejar de entender que también es necesaria cierta flexibilidad dentro del marco de la rutina. Incorporar a la rutina momentos para relajarse y aliviar el aburrimiento, y de preferencia que las rutinas de la semana sean diferentes a las del fin de semana. Incorporar a la rutina actividad física, manualidades, juegos de mesa, técnicas de relajación (ejercicios de respiración, yoga, etc). La actividad física es primordial para los pequeños, pues necesitan descargar energía y ansiedad. El juego es una instancia de aprendizaje, de estimulación sensorial, de comunicación y una preciosa invitación a entrar en su mundo. No es aconsejable que la cama se use para otras actividades que no sean exclusivamente para dormir en la noche. Se recomienda que al menos por veinte minutos al día, estén expuestos a luz natural, pues el confinamiento y el aumento de horas expuestos 27
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