11 noviembre 2025. Volumen 24 - N°88 nuestros pacientes pediátricos y verificar que la mayoría de los HC presentan positividad en las primeras 24 horas lo que consiste en identificación con tinción de Gram, lo que orienta a decisiones terapéuticas y apoya implementación del Programa de Optimización del uso de Antimicrobianos (PROA). ¿CUÁNDO RE CONTROLAR HEMOCULTIVOS POSITIVOS EN PEDIATRÍA? Se define como bacteriemia persistente a la presencia de hemocultivos positivos para el patógeno invasor detectado después de 24 o 48 hrs. del HC inicial y con administración de terapia antimicrobiana adecuada al foco y considerando la CIM bacteriana, situación que se asocia a complicaciones de morbilidad como generación de focos metastásicos, persistencia o agravamiento del estado clínico y también a mortalidad. En este sentido, siempre se debe priorizar al inicio del manejo del cuadro clínico, el control o erradicación del foco infeccioso primario como retiro de dispositivos asociados o intervención con drenaje quirúrgico cuando corresponda. Como concepto, el repetir hemocultivos a pacientes con bacteriemia no corresponde a una indicación rutinaria ni indiscriminada, ya que esta práctica tiene como objetivo fundamental establecer la curación microbiológica de la bacteriemia en casos particulares. En general, existe la indicación de repetir hemocultivos basados en criterios clínicos específicos, y entre las situaciones que lo ameritan se recomienda tomar nuevas muestras a las 24-48 horas del inicio del tratamiento antimicrobiano adecuado en los siguientes casos: bacteriemia por S. aureus (especialmente si es meticilino resistente), bacilos Gram negativos multirresistentes, existencia de candidemia, fiebre persistente o falta de respuesta clínica o deterioro clínico después de 48-96 horas de tratamiento antimicrobiano apropiado, también considerar en situaciones de reaparición de fiebre y sospecha de endocarditis infecciosa. Bacteriemia por Staphylococcus aureus S. aureus susceptible o resistente a la meticilina, SAMS o SAMR respectivamente, se asocian a eventuales casos de bacteriemia persistente y complicaciones como osteomielitis, endocarditis e incluso mortalidad en la edad pediátrica que alcanza de un 2 a 4,7%. Por esto, demostrar la eliminación de este agente en situaciones de bacteriemia disminuye morbimortalidad y permite tomar decisiones respecto a la duración de la terapia antimicrobiana efectiva. Como factores de riesgo para desarrollar bacteriemia persistente de S. aureus se describe por ejemplo la presencia de foco osteoarticular, terapia empírica inicial inadecuada (recordar que vancomicina produce tasa bactericida más lento que cloxacilina o cefazolina para SAMS), mayor nivel de reactantes de fase aguda al inicio y tiempo de evolución de la enfermedad en la comunidad. Entre los factores microbiológicos, destaca la capacidad de algunas cepas de residir a nivel intracelular y la capacidad de formar biofilm. Reconociendo la existencia de mayor evidencia en adultos, los estudios sobre bacteriemia persistente por S. aureus en niños, no entregan recomendaciones específicas con evidencia robusta para guiar la decisión sobre cuando recontrolar y el número de hemocultivos de
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