Boletín HCSBA

• TEMA 2 • ENTORNOS HOSPITALARIOS AMIGABLES PARA INFANCIAS CON AUTISMO: UN DESAFÍO Y UNA OPORTUNIDAD EN LA PRÁCTICA PEDIÁTRICA HOSPITALARIA. Dra. Javiera Aguirre. Médico en programa de postítulo de Neurología Infantil Universidad de Chile, HCSBA. Dra. Claudia López. Neuropediatra Servicio de Neuropsiquiatría Infantil HCSBA. Dra. Mónica Troncoso. Jefa del Servicio de Neuropsiquiatría Infantil HCSBA. Introducción El sistema hospitalario, históricamente diseñado para pacientes neurotípicos, enfrenta desafíos cada vez más evidentes al tratar con personas neurodivergentes, particularmente aquellas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este grupo, caracterizado por necesidades sensoriales, comunicativas y conductuales específicas, encuentra barreras significativas en un entorno hospitalario tradicional que no ha sido construido pensando en sus características particulares. Estas barreras limitan el acceso a una atención médica equitativa y efectiva, repercutiendo no solo en su experiencia hospitalaria, sino también en los resultados de salud alcanzados(1). El TEA es un trastorno del neurodesarrollo altamente heterogéneo y hereditario que afecta a cada individuo de manera única. La Dra. Catherine Lord lo describe como un espectro donde las manifestaciones clínicas varían dependiendo de la etapa evolutiva, apoyo recibido y condiciones coexistentes(2). Esta complejidad demanda una aproximación hospitalaria adaptada, que considere tanto las diferencias sensoriales como las particularidades comunicativas de este grupo. Contexto epidemiológico y necesidades de salud A nivel mundial, se estima que la prevalencia del TEA varía entre el 1% y el 2%. En Chile, según datos recientes, uno de cada 51 niños en etapa preescolar se encuentra dentro del espectro(3). Los niños con TEA no solo utilizan los servicios de salud con mayor frecuencia que sus pares neurotípicos(4), sino que enfrentan tasas de hospitalización significativamente más altas y costos médicos promedio tres veces mayores(5). Estos costos no solo son directos, sino también indirectos, relacionados con la pérdida de productividad de los cuidadores(6). Además, esta población enfrenta un mayor riesgo de enfermedades crónicas, de orígen cardiovascular, gastrointestinal y autoinmune, entre otros, lo que incrementa la complejidad de su manejo médico (5). Lamentablemente, estas necesidades suelen ser desatendidas debido a barreras en el acceso, manejo inadecuado del TEA y un sistema de salud inflexible. Según Hirvikoski et al. (2016), las personas autistas tienen un riesgo de mortalidad mayor que sus pares neurotípicos, no por la condición de autismo, sino por inequidades evitables en la atención médica, como menor acceso a prevención, mayor dependencia de urgencias y menor calidad de vida. Walsh et al. (2020) clasifica estas barreras en cuatro niveles: características del TEA, desconocimiento del personal, rigidez del sistema y falta de apoyo a las familias. En marzo de 2023, en nuestro país, fue promulgada la Ley N° 21.545, mejor conocida 12 junio 2025. Volumen 24 - N°87

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