SAVALnet CL

https://www.savalnet.cl/mundo-medico/reportajes/el-cientifico-arte-de-colorear.html
07 Marzo 2016

El científico arte de colorear

Pintar ya no es sólo un juego de niños. Más adultos están recurriendo a este pasatiempo como una forma de relajación, porque como se está investigando, ayuda a enfocarse y a vivir el momento. 

Dibujar y pintar son actividades que todos han realizado alguna vez en la vida. Cuando niño, esta acción tiene especial importancia, porque se trata de una forma de expresión y comunicación.

El hombre, hace más de 40 mil años, comenzó a dibujar. Es más, lo hizo –incluso- antes de saber leer o escribir, porque a través del dibujo encontró la manera de aprender y conocer el mundo en el que vivía y reconoció cuál era su lugar en él. 

En algún momento de la vida, pareciera que este acto tan sencillo y noble debe dejarse atrás, para sustituirlo por nuevas actividades para explorar el mundo o, como suele ocurrir, porque las novedades hacen perder el interés en la mundanal acción, porque el conocimiento se desarrolla más rápido que la habilidad motora. Es ahí cuando sólo algunos son capaces de representar –con líneas y colores- aquello que están viendo, por eso nace la sensación de frustración y desinterés. 

El psicólogo y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, fundador de la psicología analítica, investigó largos años sobre el simbolismo que se esconde detrás de los mandalas, acumuló una gran cantidad de observaciones y concluyó que ellos son una representación o imagen arquetípica que encarna la totalidad del alma humana expresada míticamente, es decir, simbolizaría el fenómeno de la divinidad encarnada en el hombre. 

Estos “círculos mágicos” actuarían como un símbolo transformador de la energía psíquica y llegaría a representar el arquetipo del sí mismo que permanece vivo en la psique humana desde el inicio de la humanidad. Serían una representación del deseo de unidad que permite entrar en contacto con el proceso de individuación de todos los aspectos de la personalidad. Para Jung, durante el proceso de construcción y coloreado de un mandala se remite, inconscientemente, al contacto con dicha resonancia arquetípica. 

“Paulatinamente comprendí lo que realmente es el mandala: formación- transformación, el eterno pasatiempo del sentido eterno. Y esto es la individualidad, la integridad de la personalidad, que, cuando todo va bien, es armónica, pero que no soporta autodecepción alguna. Mis dibujos eran criptogramas del estado de mi individualidad que diariamente emergían. Vi cómo mi individualidad, todo mi yo estaba en la obra. Esto pude comprenderlo, al principio, sólo a modo de intuición; sin embargo, ya entonces mis dibujos me parecían altamente significativos y los cuidaba como preciosas perlas”, escribía el psiquiatra. 

La idea de que crear y colorear mandalas como una manera de representar la personalidad, ha sido usada por muchos psicoterapeutas y ha evolucionado en la actualidad hasta el punto en el que existen terapistas de arte que postulan que los libros para colorear son el camino para llegar a un nirvana psicológico, a través de la meditación y la atención plena a los pensamientos.

Para la psiquiatra Sheila Jowsey de la Clínica Mayo uno de los conceptos a los cuales hay que poner atención en la actualidad es a que “colorear puede ser beneficioso para muchas personas para alcanzar una actitud de mindfulness y reducir el estrés. Es el momento en el cual se logra la desconexión del demandante mundo, de las tareas, preocupaciones y uno se encuentra con uno mismo, al menos por un rato”.

La actitud y la práctica de volver la atención al momento presente, involucra unir aquí y ahora con el cuerpo, la respiración y con el mundo: el mindfulness es la práctica de hacerse íntimo con uno mismo.

Pintar, al igual que dibujar o esculpir, estimula al cerebro y lo ayuda a mejorar la memoria y capacidad de introspección, al combinar los procesos cognitivos y motores. De hecho ya existen estudios que señalan de qué manera el arte puede generar mecanismos de protección contra el deterioro de algunas funciones cerebrales con la edad.

Al colorear el cerebro debe entrar en un estado de creatividad para poder mezclar y combinar colores, pero también debe aplicar la lógica para entender qué figuras se están formando. Para realizar esto, activa la corteza cerebral que es donde se manejan la vista y las habilidades motoras, necesarias para hacer movimientos pequeños y precisos cuando se colorea. Es una actividad que se hace en silencio, permitiendo así que broten los pensamientos más dormidos de una persona, es decir, eleva su práctica a la categoría de acto emocional y espiritual, donde la elección de los colores puede expresar estados energéticos y anímicos.

Este ejercicio en pensamiento libre, sin limitaciones, pareciese ayudar a recuperar el orden interno. Debido a esta cualidad, muchos especialistas han visto en esta acción una herramienta terapéutica a través de la cual sería posible ayudar a los pacientes a expresar aquellas emociones que están enquistadas en lo más interno de una persona. 

Pintar relaja, estimula la fantasía y se pone en acción la capacidad para percibir y responder emocionalmente a estímulos visuales. Colorear no es sólo bueno para los niños, sino que también para los adultos: reduce el estrés y la ansiedad; ayuda a manejar problemas de insomnio; y mejora la capacidad de atención y concentración. 

La próxima vez que tenga la oportunidad de volver a la infancia a través de los lápices, anímese y atrévase a pintar, su mente se lo agradecerá. 

Por Carolina Faraldo Portus

Mundo Médico

Destacado Galería Multimedia

Calendario Laboratorios SAVAL 2024

15 Diciembre 2023

La emblemática iniciativa contó con la participación de Carolina Sartori, Christian "Mono" Lira y Paco León, quienes generosamente co...

Proyecto GUAU: patitas que entregan felicidad

01 Diciembre 2023

Fundación Tregua, con apoyo de Laboratorios SAVAL, dan espacio a esta iniciativa que tiene por objetivo acompañar a niños, tanto hospi...