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De acuerdo a datos entregados por la rama de Nefrología de la Sociedad Chilena de Pediatría, en nuestro país la prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC) en menores de 15 años es de 90 niños por millón de habitantes, de los cuales aproximadamente 22 por ciento recibe diálisis y 40% es trasplantado renal, tratamiento que tiene indicación en las etapas más avanzadas de la enfermedad. Su incidencia, en tanto, alcanza a 10,6/millón. 

Son muchos los pacientes que diariamente llegan a los centros de salud pública con cuadros de infección urinaria a repetición, patología que si no se aborda a tiempo puede causar una serie de complicaciones. Desde hace algunas décadas, la ERC se ha transformado en un problema de relevancia para los sistemas sanitarios, debido a que, junto con disminuir severamente la calidad de vida de quienes la padecen, es un factor de riesgo cardiovascular, convirtiéndose en uno de los principales desencadenantes de enfermedad cardíaca con consecuencia de muerte.

Las terapias de sustitución renal, como hemodiálisis y peritoneodiálisis, aunque han logrado aumentar la esperanza de vida de los enfermos renales, presenta efectos adversos y altos costos asociados tanto para los pacientes como para el sistema de salud. En Chile existen alrededor de 700 niños menores de 15 años diagnosticados con enfermedad renal crónica y un número mucho mayor de niños que se controlan en las unidades de nefrología infantil. Es una patología de carácter silencioso, por lo que suele diagnosticarse en etapa avanzada, provocando a nivel pediátrico alteraciones en el crecimiento, fragilidad ósea y dependencia terapéutica.

En este contexto, la hemodiálisis (HD) es un tratamiento fundamental para el manejo de la enfermedad renal crónica en estadio 5 o insuficiencia renal, cuando la tasa de filtración glomerular -TFG- es inferior a 15. Es una técnica de depuración sanguínea extracorpórea que suple parcialmente la excreción de solutos, la eliminación de líquido retenido y la regulación del equilibrio acido-básico y electrolítico. 

Con el fin de generar un ambiente terapéutico idóneo para los menores de edad que se realizan este tratamiento, el Hospital Dr. Guillermo Grant Benavente de Concepción (HGGB) inauguró la primera sala de hemodiálisis pediátrica del sur de Chile. Anteriormente, los pacientes debían dirigirse a una sala de adultos del recinto asistencial o bien viajar al Hospital Luis Calvo Mackenna de Santiago.

Hasta seis veces a la semana puede llegar a ser necesario que un niño se realice este tratamiento, el cual tiene una duración entre tres y cinco horas, por lo mismo las nuevas dependencias han sido muy valoradas por los pacientes y sus familiares. “Esta sala reacondicionada para niños, las tablets que tienen para jugar y la oportunidad de estar aquí con sus papas son formas de hacer que el tratamiento sea más eficiente y llevadero”, comentó Eduardo Barra Jofré, médico jefe de la Unidad de Diálisis HGGB. Actualmente, son atendidos seis niños de 7 a 14 años de edad.