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Derribar las barreras imaginarias de un edificio, traspasando los conocimientos científicos y médicos desde el ámbito netamente hospitalario hacia la comunidad, contribuyendo al ejercicio de un acto profesional más humanizado, cercano y con una profunda mirada social, capaz de articular diferentes herramientas de salud para brindar una atención integral, innovadora y progresista.  Se trata de la medicina familiar, una especialidad que se ha consolidado durante las últimas décadas, logrando pasar de una práctica propia de antaño a cumplir una función primordial en el desarrollo de la medicina moderna.

Quienes se desempeñan en este campo, tienen la misión de asistir a sus pacientes desde distintas perspectivas, sin descuidar detalles que, aun parezcan no ser determinantes en la evolución de una patología, sí pueden llegar a alcanzar un rol fundamental en el proceso terapéutico. Aspectos biológicos, biomédicos y corporales, además del entorno psicológico, familiar, social y hasta espiritual deben ser considerados.

Evidentemente, no es una materia sencilla, por lo tanto requiere de revisiones constantes que permitan abordar los últimos avances y tendencias en el área. Estar actualizados es un desafío permanente, ya que sólo así se dispondrán de las bases necesarias para diseñar terapias efectivas y personalizadas. Asimismo, las competencias blandas como la comunicación, la capacidad para relacionarse con los demás, la empatía y calidez también son elementos claves.

Todo lo anterior fue materia de discusión durante el XVII Congreso chileno de medicina familiar, realizado entre el 15 y 17 de octubre, en el Hotel Patagónico de Puerto Varas. En la hermosa ciudad de la Región de Los Lagos, bajo el lema “Prácticas innovadoras en medicina familiar”, se profundizó en tópicos como sistemas de evaluación de la atención primaria de salud, cuidados paliativos, calidad de vida, innovación en la prescripción, salud intercultural, investigación en APS y desarrollo profesional del médico familiar, entre otros.

Sin embargo, más allá de los contenidos que configuraron el programa, uno de los momentos más emotivos vividos durante el encuentro organizado por la Sociedad Chilena de Medicina Familiar, fue la premiación a la doctora Ximena Acuña Mansilla, en virtud de su destacada trayectoria e invaluable contribución al fortalecimiento de esta pujante especialidad.

“En un momento así sólo tengo palabras de agradecimiento para todo nuestro equipo municipal, a todos los funcionarios que trabajan en los centros comunitarios de salud familiar, postas rurales y en los servicios de atención primaria de urgencia. También a toda mi familia y de forma especial a Ovejería, que es donde por primera vez comencé a atender”, comentó la facultativa, formada y especializada en la Universidad Austral de Chile, donde fue docente de la carrera de medicina y coordinadora de la beca de medicina familiar.

“Esto es un premio a la labor en la salud pública, a la continuidad y el esfuerzo que significa trabajar en la atención primaria, logrando un pleno convencimiento en un modelo de atención con enfoque biopsicosocial y holístico”, agregó la doctora Acuña, directora del Departamento de Salud Municipal de Osorno y quien cumplió 32 años desempeñándose en el servicio público.

- ¿Cuál es el significado que usted le asigna a esta distinción?

La reflexión que puedo hacer es que nuestro país necesita un modelo de atención más humano, cercano y horizontal. Cuando son los pares los que a uno le reconocen su labor es muy emotivo, más aún cuando es la Sociedad Chilena de Medicina Familiar la que destaca la importancia del trabajo realizado en la comuna de Osorno. Este premio significa que la atención primaria en Chile aún está viva, que somos muchos los que estamos convencidos que nuestro desempeño en la salud pública es importante y valioso.

- ¿Qué es lo que más destacaría de la labor realizada?

La conducción de un grupo humano que ha logrado impregnarse con la vocación de servicio. La dignidad de atención no sólo es para los pacientes, sino que también para sus trabajadores. Hemos logrado levantar en 28 años de dirección una infraestructura acorde a las necesidades de la población y de nuestros funcionarios.

- ¿Cuáles son sus principales responsabilidades?

Son innumerables las responsabilidades en el quehacer de la dirección o jefatura de la salud municipal. Dentro de las principales está la administración del recurso humano, diseñar y supervisar el desarrollo del plan de salud comunal, realizar personalmente proyectos de inversión, fomentar en los colegas la especialización de la medicina familiar, analizar el presupuesto  financiero de la dirección y  las metas e indicadores sanitarios, entre muchas otras.

- Paulatinamente, la medicina familiar ha ido ganando preponderancia en el desarrollo estratégico de la salud en Chile...

Estoy de acuerdo, aunque si bien en el sector privado existen muchos médicos de familia trabajando, donde tiene un mayor impacto es en la salud pública, fundamentalmente por el modelo de atención y por los pacientes que atendemos. El perfil del médico de familia está más enfocado a lo público.

La doctora Ximena Acuña es miembro del Colegio Médico de Osorno y durante largo tiempo ha impulsado una serie de proyectos tendientes a implementar cambios que puedan beneficiar y mejorar la calidad de vida de miles de personas. El reconocimiento fue muy valorado por sus colegas, quienes la definen como una profesional de gran vocación y una tenaz defensora de la medicina familiar, la salud comunitaria y la atención primaria de urgencia. “Este premio representa algo muy especial, el liderazgo en la lucha por la salud pública y la motivación constante de mostrar a la medicina familiar como la especialidad de la atención primaria de salud”, finalizó.