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Entre los días 18 y 21 de noviembre la Región de Coquimbo fue sede del 51° Congreso Chileno de Ortopedia y Traumatología que en los Hoteles Enjoy Bahía y La Serena Club Resort, albergó a más de 1460 especialistas de Chile y el extranjero. 

El doctor Andrés Pakuts Sahr –especialista de la Pontificia Universidad Católica que se dedica al tema de la traumatología deportiva y presidente de la filial regional del organismo- fue el encargado de coordinar y dirigir esta actividad académica, que abordó temas de actualidad y controversias en un nuevo formato, con énfasis en el intercambio y la discusión de casos.

“Como es sabido, nuestra región se vio muy afectada en septiembre por el terremoto y posterior tsunami. Pensamos que haría peligrar nuestro evento, pero la zona supo salir adelante y con ellos nosotros seguimos trabajando para continuar con esta tradición científica que se caracteriza por su excelencia”, destacó el doctor Pakuts. 

“Desde 2010 que no se realizaba este encuentro en nuestra región, por lo que para nosotros fue un honor recibir a nuestros amigos y colegas. Trabajamos arduamente para entregar lo mejor de lo nuestro. Y eso, sólo fue posible llevarlo a cabo, tomando la experiencia de las actividades anteriores. Mantuvimos el formato exitoso de ellas, sólo mejoramos algunos métodos de aprendizaje: le dimos mayor importancia a los casos clínicos y la experiencia nacional”, agregó. 

“Para nosotros, el Congreso SCHOT no sólo es una oportunidad de aprendizaje científico, es también nuestra instancia para estrechar lazos y compartir con colegas y amigos. Nuestro patrimonio en la Sociedad es la gran participación de los traumatólogos de todo el país. Eso es algo que nos distingue en Latinoamérica. Nuestro sello es la unión y amistad”. 

El doctor Andrés Pakuts Sahr quiso conversar con SAVALnet para agradecer la convocatoria, realizar un balance del encuentro y destacar el buen nivel en el cual se encuentra la ortopedia y traumatología nacional. 

- Doctor, para comenzar, ¿hace cuánto tiempo que la Región de Coquimbo no era sede de esta actividad científica anual?

Desde 2010. La Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología ya había elegido a las ciudades de La Serena y Coquimbo en los años 1995, 2002 y 2010 para realizar el congreso. Este es el cuarto año que somos elegidos como sede, algo que nos llenó de orgullo como filial regional. Trabajamos arduamente para desarrollar un congreso atractivo y cumplimos con un programa de primer nivel, que incluyó la participación de importantes expositores nacionales y extranjeros. 

- ¿Qué significado tiene para ustedes como filial de la Sociedad en la zona el que este congreso se haya desarrollado en la región?

Todas las filiales trabajamos en conjunto. El congreso anual representa los intereses de la Sociedad, más que de una filial en particular. Como dueño de casa, el poder organizar y recibir a amigos y colegas representó un tremendo desafío, porque -en el fondo- uno siempre quiere recibir a las visitas de buena manera y, por lo tanto, el trabajo es mayor. Pero es un agrado, porque significa que la Sociedad depositó su confianza en nosotros para sacar adelante este evento que reúne durante tres días a los especialistas de todo el país. Este año superamos –por lejos- las expectativas de asistencia que teníamos. Ese es uno de los temas que siempre se discuten cuando los eventos se tienden a alejar de Viña del Mar, que ha sido el lugar más habitual donde se ha realizado este congreso en los últimos años. Así es que estamos contentos. Las tres veces anteriores que fuimos sede superamos la cantidad de asistentes esperados y este año no rompimos esa tradición. Eso habla de que a los colegas les gusta venir a nuestra zona. 

- Usted comentaba que este año se propusieron mejorar los métodos de aprendizaje. ¿Fue ese el énfasis de la versión 2015?

Así es. Este congreso puso especial énfasis en eso, sin dejar de lado otros aspectos. A cada uno de los 10 comités que conforman la Sociedad, se le instó a participar activamente, eligiendo a los conferencistas internacionales de primer nivel que querían convocar. Queríamos invitarlos con mucho tiempo de anticipación, para asegurar su participación. Logramos sobre el 90 por ciento de lo presupuestado. Lo cual es muy bueno. Por eso contamos con conferencistas de primer nivel. Además, sellamos un convenio con la American Academy of Orthopaedic Surgeons (AAOS) quienes participaron en el curso pre-congreso que realizamos en conjunto sobre lesiones de rodilla en deporte. Ellos son una entidad con mucho más años de experiencia, que nos la traspasaron en aspectos relacionados con lo organizacional, administrativo y científico. Una de las cosas importantes que hicimos, fue mejorar los métodos de aprendizaje. Está demostrado que a través de los casos clínicos –donde se pueden experimentar maneras de pensar y de enfrentar ciertas situaciones- uno aprende bastante más. Y ese fue uno de los grandes énfasis de este congreso: la presentación de casos clínicos. Sacrificamos módulos de conferencias a favor de esta tendencia, que fue muy bien recibida por nuestros asistentes. Gustó mucho este aspecto, por lo que fuimos por el camino correcto. 

- La visita de los expositores internacionales sirvió, entre otras cosas, para dimensionar cómo es el nivel de la especialidad en este país. ¿Qué nos podría comentar sobre ese aspecto?

La traumatología que se hace en Chile no tiene nada que envidiarle a la que se desarrolla en otros países del mundo. Probablemente, en investigación, en la capacidad de ordenar un poco mejor los resultados y en el seguimiento de los mismos debemos afinar algunos puntos, pero en lo que se refiere a procedimientos y cirugías el nivel de los especialistas es excelente. Nos defendemos bien y somos capaces de discutir casos en cualquier parte del mundo sin problema. El nivel en Chile, en general, es muy bueno. Es algo que nuestros invitados reconocieron y destacaron.

- Dentro del congreso, fue muy comentada por los asistentes la excelente organización de esta versión. ¿Cómo recibe estos elogios?

El éxito alcanzado fue, sin duda, fruto del trabajo y de la experiencia recibida de todos los congresos realizados anteriormente; y del excelente equipo de trabajo que tiene la Sociedad en cuanto a lo administrativo y organizacional. Logramos los objetivos que nos planteamos, tuvimos un tremendo programa científico que se acompañó de instancias sociales de gran calidad, que cerramos con nuestra tarde deportiva en la playa. En estos momentos, este congreso es la actividad científica más grande de toda la medicina en Chile. No hay ninguna otra especialidad médica que reúna a tantos especialistas en un evento de este tipo. Así es que eso es un doble desafío. El próximo evento anual se realizará en Viña del Mar en noviembre de 2016, así que esperamos encontrarnos nuevamente en un año más. 

- En la última década, ¿cuáles han sido las propuestas traumatológicas que han causado mayor impacto en la mejoría de los pacientes?

Uno de los grandes temas en traumatología general ha sido la innovación tecnológica. El desarrollo de nuevos implantes, biológicamente más compatibles. La mejoría de la bioingeniería para facilitar procedimientos quirúrgicos ha sido un gran aporte para nuestra especialidad, porque nos ha permitido acortar las cirugías, aumentar la indicación de ciertas técnicas y entregar mayor seguridad al paciente. 

- Por último doctor, a su juicio, ¿el futuro hacía dónde se encamina?

Actualmente, casi todo el desarrollo está orientado hacia lo biológico. La ingeniería de tejidos, la ingeniería celular y molecular va a ser el otro gran paso. Estamos conscientes de que va a tener un impacto potente, pero aún no sabemos cómo manejarlo. Lo más importante va a ir por ese camino.